Hola beliebers. Bueno, aquí os dejamos el cap. 55 como veréis en este cap. las cosas van a cambiar... y se va a volver todo más interesante ^^ Gracias por sus comentarios, que sepáis que los leemos todos aunque no os contestemos. Muchas gracias por seguir con nosotras, sin vosotras la novela no sería nada. GRACIAS, Y GRACIAS :) Esperamos que sigáis comentando más y por favor. ¡NO QUEREMOS FANTASMAS! Así que, si no habéis comentado POR FAVOR hacedlo :) Gracias de nuevo a las que si lo hacéis. Un beso <3
miércoles, 19 de octubre de 2011
Capítulo 55- "A la orilla, contigo"
Narra Christian
Deslicé mis nudillos sobre la puerta. Toqué una vez. Esperé. Nadie me abría. Normal eran las 8am, sábado, y yo estaba ahí plantado con un nudo en el estómago. ¿Por qué estaba tan nervioso? Esa pregunta rondaba por mi cabeza haciendo que ésta me doliera. Me acaricié la sien, y volví a tocar. Nada. Acerqué mi oído despacio a la puerta, pero no se escuchaba ni un mísero ruido. ¿Qué estoy haciendo aquí? Me pregunté. Negué con la cabeza, y me puse las manos en los bolsillos de mi pantalón. Me di media vuelta para volver a mi residencia. Esto está mal -pensaba una y otra vez. Di unos pasos para marcharme, pero oí un ruido tras de mi, una puerta abriéndose.
- Ho-hola. -tartamudeé tímidamente.
- Hola -contestó ella. Estaba en pijama con el pelo un poco revuelto. Sus ojos se encontraron con los míos haciendo que mi corazón diera un giro de 180º ¿Por qué? No lo sabía. De lo que sí tenía idea era de que si seguía mirándola por más rato, formaría un gran charco de babas. Pero, es que era perfecta tal y como era sin cambiar absolutamente nada.
- ¿Qué haces a esta hora por aquí, Christian? -me preguntó sacándome de mis pensamientos. -Son las 8 de la mañana.. -soltó un leve bostezo. Que hermosa se ve de esta manera... -pensé.
- Verás -di un paso para acercarme más a ella. -Me preguntaba si te gustaría ir a desayunar conmigo para luego dar una vuelta por LA. Si quieres, claro -aclaré esperando un sí por su parte.
- ¿A esta hora? ¿No puede ser más tarde? Es que, estoy un poco cansada. Ya sabes, las clases me agotan. -apartó un poco el pelo que le caía sobre la cara. "Deja de hacer eso, me estoy poniendo... ¡YA, CHRISTIAN, PARA!"
- Te entiendo. Ya quedaremos otro día no te preocupes. -me di de nuevo la media vuelta para irme con un rechazo. Un poco de tristeza se reflejó en mi rostro.
- Espera, Christian. -me detuvo poniendo una de sus manos en mi brazo. La miré con una leve sonrisa.
- La verdad, no quiero quedarme todo el día aquí. Así que, está bien. Me encantaría conocer LA -hizo una pausa- contigo.. -se sonrojó, y yo le di un pequeño beso en la mejilla.
- Te aseguro que te lo vas a pasar genial, pequeña. -le afirmé, acariciando su mejilla enrojecida. -Te veo en... -miré mi reloj- ¿...media hora en la entrada?
- Hecho. No tardo. -y con una de sus fantásticas sonrisas, cerró la puerta, y yo me quedé plantado como un tonto mientras mi corazón latía fuertemente.
- ¡Sí! -levanté mi puño en señal de victoria y me alejé de allí, dando saltos como un niño pequeño.
Narra Sophie
Tras haberle dicho a Christian que sí, abrí mi armario con una gran sonrisa en mi cara. No sabía por qué, pero este chico me transmitía seguridad, cariño, y eso era lo que más anhelaba. Alcé la vista hacia la cama de las chicas, y ahí se encontraban durmiendo como dos angelitos. Decidí escribirles una nota para que no se preocuparan:
Chicas, salí con Christian a dar una vuelta por LA. Espero que no os importe. Volveremos pronto. Portaos bien. Os quiero xx
Seguí buscando algo que ponerme. Quería vestirme de una forma elegante, pero no era cuestión de pasearme por todo LA con tacones. Además no me quería poner ropa que no pegara con mi estilo. Es como si le pusiéramos traje y corbata a un payaso. Totalmente incompatibles.
Había amanecido soleado, algo que me alegraba. Así que, finalmente opté por ponerme esto:
Me maquillé un poco, lo necesario, y puse rumbo a la entrada. Estaba nerviosa, he de reconocerlo. Al llegar, busqué a Christian y allí estaba tan guapo como siempre, apoyado en la pared con la mirada perdida y sus manos en los bolsillos. ¡Qué sexy..! pensé para mis adentros no sin antes morderme un poco el labio inferior.
Le saludé con la mano, él hizo lo mismo, y me acerqué a él con pasos ligeros. Lo agarré del brazo como si fuéramos algo más que amigos. Él se sorprendió, pero no rechazó mi gesto. Es más, parecía estar... ¿encantado? Sí, esa palabra.
- Y, ¿entonces? ¿Qué haremos hoy, señor Guía? -reí. Él me miró, y soltó una carcajada.
- Primero que nada, comer porque estoy que me muero de hambre. -alargó la palabra "hambre". Yo tan solo asentí. Llegamos hasta un Starbucks. Él como todo un caballero al abrir la puerta me dejo paso a mi primero. Pedimos dos frappuchinos. Christian insistió en pagarme el café, sin embargo a mi no me gustaba eso hasta que al final de tanto insistir me digné a dejar que él pagara lo mío. Salimos del lugar, él con una mano en mi cintura mientras que con la otra sujetaba su frappuchino. "Somos amigos, ¿no? Los amigos hacen eso, ¿a qué sí? Dios, que tonta me sintió haciéndome preguntas que yo sola puedo contestar."
Seguimos caminando, y nos empezamos a hacer fotos. ¿Qué chica está en LA y no lleva encima su cámara? Por ahora ninguna, y yo no iba a hacer la excepción. Nos sacábamos fotos divertidas y con paisajes increíbles. Por supuesto, fuimos a Hollywood, y le pude sacar una foto al letrero ese tan grande que siempre había querido ver de cerca. Pasamos por el paseo de la Fama, con todas las estrellas con los nombres de los grandes artistas grabados en ellas, en el suelo. Algo totalmente fascinante. Christian era el que cargaba la cámara, ya que yo siempre era la que quería sacarse fotos, y no paraba.
Pasamos toda la mañana dando vueltas, riendo, hablando y otras muchas más cosas. En definitiva, estaba siendo un día que por nada del mundo quería que terminara.
Narra Christian
Llegamos hasta una playa. El mar en calma y mucha gente haciendo deporte. La cogí de la mano, un gesto cariñoso. Pude notar como se estremecía ante el contacto de nuestros dedos entrelazándose. Pensé que tal vez no le gustaría que le tomara la mano de esa forma, puesto que la gente pensaría que somos algo más que amigo.Algo que realmente me encantaría que pasara. Sin embargo, se pegó más a mí y acunó su rostro en mi pecho. Le di un pequeño beso en la frente mientras seguíamos caminando por la arena tibia. Me sentía agusto, muy agusto. Me preguntaba que estaba sintiendo Sophie en ese mismo instante, mas permanecí callado. Fuimos hacia la orilla con nuestros zapatos en la mano aun juntos, tomados de la mano. Cuando el agua hubo tocado nuestros pies, Sophie se apartó de mi.
- ¡Está muy fría! -se quejó señalando el agua.
- ¡Venga, va! ¿Ahora le tienes miedo al agua? -le pregunté en tono burlona.
- ¡Claro que no, tonto! -me dio un pequeño golpe en el hombre. Reí.
- Pegas como una nena.
- SOY una nena. -aclaró.
- Ah, pues para tener 4 años estás demasiado, ¿cómo decirlo? Mayorcita. -reí al ver su cara de enojo.
- ¡Te mataré! -me señaló con una mirada desafiante.
- No, no lo harás. -le advertí bajando el dedo con el que me apuntaba.
- ¿Qué no? ¿Cuánto nos apostamos? -preguntó, pero en ese mismo instante eché a correr por la orilla hacia no sé donde. Las playas tienen algún fin. Así que, daba por hecho que por mucho que corriera, no me perdería. Aunque las playas de LA suelen ser kilométricas. Sin embargo, no me importó, y seguí corriendo con Sophie intentando pillarme.
- ¡No seas cobarde! -me gritó aun corriendo detrás de mi con la respiración entrecortada.
- No lo soy -relajé un poco mi ritmo. Sentí un peso sobre mi espalda, y unas piernas rodeando mi cintura.
- ¡Te pillé! -me susurró al oído orgullosa de haberme atrapado.
Reí. Comencé a dar vueltas con ella sobre mi espalda.
- ¡Para, para! -me suplicaba sin parar de reír.
- ¿Ahora quién tiene a quién, eh? -ignoré su súplica, y giré más fuerte.
- ¡Christian Beadles! ¡Bájame!
- ¡No! -negué con la cabeza.
- Me estoy mareando. -apoyó su cabeza contra mi hombro, y supe que era hora de bajarla. Ya la había hecho sufrir por mucho tiempo.
Debido a que yo también estaba mareando, al dejarla en el suelo, perdí el equilibrio de una forma muy patosa, y caí sobre ella quedando tan cerca que podía percibir su aliento. Un olor realmente exquisito, el cual yo me moría de ganas por inhalar.
Reímos ante la torpe caída, pero todo quedó en silencio cuando sus ojos se clavaron en los míos. "Tengo que hacerlo" me obliga mi mente y corazón. Acerqué mis labios un poco más a los de ellas sin dejar de observar sus preciosos ojos, y...
Narra Sophie
...me besó. Un beso corto, pero significativo. Se apartó un poco de mí volviendo a clavar sus ojos en los míos. Lo miré confundida, pero algo dentro de mi decía que lo siguiera besando como si al apartar sus labios de los míos me faltara algo. Por eso, no lo dudé un segundo más y rodeé su cuello con mis brazos. Acercándolo más, a medida que nuestros besos se iban intensificando de una manera rápida...
Deslicé mis nudillos sobre la puerta. Toqué una vez. Esperé. Nadie me abría. Normal eran las 8am, sábado, y yo estaba ahí plantado con un nudo en el estómago. ¿Por qué estaba tan nervioso? Esa pregunta rondaba por mi cabeza haciendo que ésta me doliera. Me acaricié la sien, y volví a tocar. Nada. Acerqué mi oído despacio a la puerta, pero no se escuchaba ni un mísero ruido. ¿Qué estoy haciendo aquí? Me pregunté. Negué con la cabeza, y me puse las manos en los bolsillos de mi pantalón. Me di media vuelta para volver a mi residencia. Esto está mal -pensaba una y otra vez. Di unos pasos para marcharme, pero oí un ruido tras de mi, una puerta abriéndose.
- Ho-hola. -tartamudeé tímidamente.
- Hola -contestó ella. Estaba en pijama con el pelo un poco revuelto. Sus ojos se encontraron con los míos haciendo que mi corazón diera un giro de 180º ¿Por qué? No lo sabía. De lo que sí tenía idea era de que si seguía mirándola por más rato, formaría un gran charco de babas. Pero, es que era perfecta tal y como era sin cambiar absolutamente nada.
- ¿Qué haces a esta hora por aquí, Christian? -me preguntó sacándome de mis pensamientos. -Son las 8 de la mañana.. -soltó un leve bostezo. Que hermosa se ve de esta manera... -pensé.
- Verás -di un paso para acercarme más a ella. -Me preguntaba si te gustaría ir a desayunar conmigo para luego dar una vuelta por LA. Si quieres, claro -aclaré esperando un sí por su parte.
- ¿A esta hora? ¿No puede ser más tarde? Es que, estoy un poco cansada. Ya sabes, las clases me agotan. -apartó un poco el pelo que le caía sobre la cara. "Deja de hacer eso, me estoy poniendo... ¡YA, CHRISTIAN, PARA!"
- Te entiendo. Ya quedaremos otro día no te preocupes. -me di de nuevo la media vuelta para irme con un rechazo. Un poco de tristeza se reflejó en mi rostro.
- Espera, Christian. -me detuvo poniendo una de sus manos en mi brazo. La miré con una leve sonrisa.
- La verdad, no quiero quedarme todo el día aquí. Así que, está bien. Me encantaría conocer LA -hizo una pausa- contigo.. -se sonrojó, y yo le di un pequeño beso en la mejilla.
- Te aseguro que te lo vas a pasar genial, pequeña. -le afirmé, acariciando su mejilla enrojecida. -Te veo en... -miré mi reloj- ¿...media hora en la entrada?
- Hecho. No tardo. -y con una de sus fantásticas sonrisas, cerró la puerta, y yo me quedé plantado como un tonto mientras mi corazón latía fuertemente.
- ¡Sí! -levanté mi puño en señal de victoria y me alejé de allí, dando saltos como un niño pequeño.
Narra Sophie
Tras haberle dicho a Christian que sí, abrí mi armario con una gran sonrisa en mi cara. No sabía por qué, pero este chico me transmitía seguridad, cariño, y eso era lo que más anhelaba. Alcé la vista hacia la cama de las chicas, y ahí se encontraban durmiendo como dos angelitos. Decidí escribirles una nota para que no se preocuparan:
Chicas, salí con Christian a dar una vuelta por LA. Espero que no os importe. Volveremos pronto. Portaos bien. Os quiero xx
Seguí buscando algo que ponerme. Quería vestirme de una forma elegante, pero no era cuestión de pasearme por todo LA con tacones. Además no me quería poner ropa que no pegara con mi estilo. Es como si le pusiéramos traje y corbata a un payaso. Totalmente incompatibles.
Había amanecido soleado, algo que me alegraba. Así que, finalmente opté por ponerme esto:
Me maquillé un poco, lo necesario, y puse rumbo a la entrada. Estaba nerviosa, he de reconocerlo. Al llegar, busqué a Christian y allí estaba tan guapo como siempre, apoyado en la pared con la mirada perdida y sus manos en los bolsillos. ¡Qué sexy..! pensé para mis adentros no sin antes morderme un poco el labio inferior.
Le saludé con la mano, él hizo lo mismo, y me acerqué a él con pasos ligeros. Lo agarré del brazo como si fuéramos algo más que amigos. Él se sorprendió, pero no rechazó mi gesto. Es más, parecía estar... ¿encantado? Sí, esa palabra.
- Y, ¿entonces? ¿Qué haremos hoy, señor Guía? -reí. Él me miró, y soltó una carcajada.
- Primero que nada, comer porque estoy que me muero de hambre. -alargó la palabra "hambre". Yo tan solo asentí. Llegamos hasta un Starbucks. Él como todo un caballero al abrir la puerta me dejo paso a mi primero. Pedimos dos frappuchinos. Christian insistió en pagarme el café, sin embargo a mi no me gustaba eso hasta que al final de tanto insistir me digné a dejar que él pagara lo mío. Salimos del lugar, él con una mano en mi cintura mientras que con la otra sujetaba su frappuchino. "Somos amigos, ¿no? Los amigos hacen eso, ¿a qué sí? Dios, que tonta me sintió haciéndome preguntas que yo sola puedo contestar."
Seguimos caminando, y nos empezamos a hacer fotos. ¿Qué chica está en LA y no lleva encima su cámara? Por ahora ninguna, y yo no iba a hacer la excepción. Nos sacábamos fotos divertidas y con paisajes increíbles. Por supuesto, fuimos a Hollywood, y le pude sacar una foto al letrero ese tan grande que siempre había querido ver de cerca. Pasamos por el paseo de la Fama, con todas las estrellas con los nombres de los grandes artistas grabados en ellas, en el suelo. Algo totalmente fascinante. Christian era el que cargaba la cámara, ya que yo siempre era la que quería sacarse fotos, y no paraba.
Pasamos toda la mañana dando vueltas, riendo, hablando y otras muchas más cosas. En definitiva, estaba siendo un día que por nada del mundo quería que terminara.
Narra Christian
Llegamos hasta una playa. El mar en calma y mucha gente haciendo deporte. La cogí de la mano, un gesto cariñoso. Pude notar como se estremecía ante el contacto de nuestros dedos entrelazándose. Pensé que tal vez no le gustaría que le tomara la mano de esa forma, puesto que la gente pensaría que somos algo más que amigo.
- ¡Está muy fría! -se quejó señalando el agua.
- ¡Venga, va! ¿Ahora le tienes miedo al agua? -le pregunté en tono burlona.
- ¡Claro que no, tonto! -me dio un pequeño golpe en el hombre. Reí.
- Pegas como una nena.
- SOY una nena. -aclaró.
- Ah, pues para tener 4 años estás demasiado, ¿cómo decirlo? Mayorcita. -reí al ver su cara de enojo.
- ¡Te mataré! -me señaló con una mirada desafiante.
- No, no lo harás. -le advertí bajando el dedo con el que me apuntaba.
- ¿Qué no? ¿Cuánto nos apostamos? -preguntó, pero en ese mismo instante eché a correr por la orilla hacia no sé donde. Las playas tienen algún fin. Así que, daba por hecho que por mucho que corriera, no me perdería. Aunque las playas de LA suelen ser kilométricas. Sin embargo, no me importó, y seguí corriendo con Sophie intentando pillarme.
- ¡No seas cobarde! -me gritó aun corriendo detrás de mi con la respiración entrecortada.
- No lo soy -relajé un poco mi ritmo. Sentí un peso sobre mi espalda, y unas piernas rodeando mi cintura.
- ¡Te pillé! -me susurró al oído orgullosa de haberme atrapado.
Reí. Comencé a dar vueltas con ella sobre mi espalda.
- ¡Para, para! -me suplicaba sin parar de reír.
- ¿Ahora quién tiene a quién, eh? -ignoré su súplica, y giré más fuerte.
- ¡Christian Beadles! ¡Bájame!
- ¡No! -negué con la cabeza.
- Me estoy mareando. -apoyó su cabeza contra mi hombro, y supe que era hora de bajarla. Ya la había hecho sufrir por mucho tiempo.
Debido a que yo también estaba mareando, al dejarla en el suelo, perdí el equilibrio de una forma muy patosa, y caí sobre ella quedando tan cerca que podía percibir su aliento. Un olor realmente exquisito, el cual yo me moría de ganas por inhalar.
Reímos ante la torpe caída, pero todo quedó en silencio cuando sus ojos se clavaron en los míos. "Tengo que hacerlo" me obliga mi mente y corazón. Acerqué mis labios un poco más a los de ellas sin dejar de observar sus preciosos ojos, y...
Narra Sophie
...me besó. Un beso corto, pero significativo. Se apartó un poco de mí volviendo a clavar sus ojos en los míos. Lo miré confundida, pero algo dentro de mi decía que lo siguiera besando como si al apartar sus labios de los míos me faltara algo. Por eso, no lo dudé un segundo más y rodeé su cuello con mis brazos. Acercándolo más, a medida que nuestros besos se iban intensificando de una manera rápida...
martes, 11 de octubre de 2011
¡Hola, beliebers! Aquí al hablo, Carlota :3 ¿Sabéis que me podéis decir Lotiis, no? :) Bueno, a lo que iba. Aquí os dejamos un cap. nuevo el cual esperamos que os guste mucho y que comentéis. Hemos aprovechado que mañana es fiesta, para que lo podáis leer tranquilas sin prisas. Este es el capítulo de la semana asi que, probablemente subamos un capítulo la próxima. Sin embargo, intentaremos poneros uno este fin de semana, si es posible, pero no se sabe. Espero que lo entendáis :) ¡COMENTAD MUCHO, MUCHO, por fa! :D
Un beso <3
Un beso <3
Capítulo 54- "Comenzando de nuevo"
Nota: Este capítulo se lo dedicamos a Caroline :3
Días después...
-¿Cassie? -toqué en la puerta por segunda vez. - ¡Va, Cassi, abre! -dije desesperada. -Dios, me estoy meando. -murmuré.
Me recosté sobre el marco de la puerta, hasta que se abrió, y salió ella con una sonrisa de oreja a oreja.
- Todo tuyo -salió. Suspiré.
- Gracias -contesté en un tono sarcástico. -Ya pensé que te habías suicidado o algo ahí dentro -le confesé divertida mientras cerraba la puerta.
- ¡Ganas no me faltan! -me gritó desde fuera. Sonreí ante su comentario, e hice lo que venía a hacer en el baño.
Cassie. Nuestra compañera de cuarto. Venía de una pequeña ciudad de Texas. Una chica de nuestra edad. Soñadora, alegre, simpática, muy guapa, aunque tímida, y un poco torpe. ¿Qué digo un poco? ¡Mucho! La conocimos justo el día en el que llegamos a la residencia de la universidad. Fue como un ángel caído del cielo, literalmente, puesto que apareció ante nosotras en el suelo por culpa de sus maletas de equipaje. Fue muy chistoso, aunque por supuesto la ayudamos a levantarse. A parte, de torpe, es bipolar. En el poco tiempo que la conozco ha tenido muchos cambios de humor. Puede estar cinco minutos feliz, y luego estar deprimida. También hay que decir que le entran ataques paranoicos. Un poco raros, la verdad. Pero ella es así, y por ahora me encanta. Es una chica muy abierta. Y cuando digo abierta, no me refiero a una fácil que va por ahí provocando a los chicos. Rotundamente no. Lo que quiero decir, que es una persona con la que coges confianza en seguida, y le puedes contar muchas cosas, porque se le da perfectamente escuchar y da buenos consejos, no lo voy a negar. ¿Lo peor? Que le gusta Justin. Sí. Y obviamente, tanto ella como todos los de la universidad saben que mantuve una relación con él. Pero es algo normal, creo. Ella sabe que no me gusta hablar del tema al igual que Lorena. En cambio, las tipas de la residencia murmuran cada vez que me ven, y empiezan a cotillear. No me agrada, sin embargo, no les voy a estar peleando porque sé que no merece la pena. En fin.
Salí del baño, tras una ducha rápida. Me peiné un poco, y salí en ropa interior. Al abrir la puerta, Lorena, la cual estaba sentada en mi cama poniéndose los pantalones, hablaba con Cassie alegremente. Se me quedaron mirando de arriba a abajo, hasta que Cassie saltó con uno de sus comentarios:
- Si fuera un chico, te tiraba sobre esta cama y te...-rió.
- Vale. No quiero saber lo que viene a continuación. -reí mientras negaba con la cabeza. Esta chica no cambiaba.
- ¿Por qué? -se comenzó a poner unas botas muy chulas.
- Porque sé que vas a decir algo pervertido. -la miré de reojo.
- ¡Es increíble que pienses eso de mi! -se hizo la ofensiva. Coloqué una mano en su hombro.
- ¡Por Dios, Cassie! ¡Por supuesto que no lo pienso! -hice una pausa- Lo afirmó. -le guiñé un ojo y comenzamos a reír.
Nos terminamos de vestir. Era nuestro primer día de clases, así que teníamos que ir bien vestidas, pero sin ser extravagantes. En LA estaba empezando el invierno. Más bien, parecía que ya estábamos en esa estación del frío que solía hacer. Sobre todo por las mañanas, y por las noches. Elegimos conjuntos sencillos, pero nosotras hacíamos que éstos parecieran elegantes, por decirlo así.
Así que opté por ponerme esto:
Lorena se puso esto:
Cassie tenía más o menos el mismo estilo que nosotras. Ella con sus vans o sus converses, unos pantalones y una camisa cualquiera estaba más que preparada. Y le quedaba muy bien.
Desayunamos las tres juntas como solíamos hacer desde que llegamos hasta que sonó el timbre.
- No tengo ganas de nada... -masculló Lorena mientras caminábamos por los largos pasillos de la universidad con el fin de dar con nuestras taquillas. Algo completamente nuevo para nosotras.
- Es lo que nos toca. ¿Qué clase te toca ahora, Cassie? -le pregunté mientras colocaba algunos libros que traía en la mano, en mi taquilla.
- Literatura -contestó Cassie amargamente. -Bueno, chicas. Si queréis luego nos suicidamos las tres juntas comiendo y viendo pelis de miedo, pero por ahora más vale que me vaya si no llegaré tarde a clase. -cerró su taquilla y se despidió de nosotras.
- ¿Te pasa algo, Lore? -la miré fijamente. Estaba callada y eso en ella era raro.
- ¿Qué? No, no. Nada. -alejó sus pensamientos, y me sonrió.
- Como digas. ¿Vamos?
- Vamos. -cerramos las taquillas y pusimos rumbo a nuestra primera clase.
- A ver, chicos. Por favor tomad asiento. -comenzó a decir la profesora. -Ante todo me presento. Mi nombre es Angelina, y seré vuestra profesora de Historia. Sé que algunos estáis un poco nerviosos porque sois nuevos, pero no tenéis por qué preocuparos de nada. Intentaré que las clases sean amenas, y no un tostón como otras asignaturas. -reímos. -Pero, no digáis nada, ¿eh? -molaba esta profe. Me estaba empezando a caer bien. Sonreí ante mis pensamientos.
- Quiero darle la bienvenida a todos, pero en parte a dos chicas que vienen de España. La señorita -hizo una pausa para mirar la lista de alumnos, y prosiguió- Lorena, y su hermana, la señorita Sophie. -Todos miraron a donde estábamos. Me sonrojé.
- ¿Queréis preguntar alguna duda, o comentar algo, chicas? -nos preguntó. Negamos con la cabeza, tímidas. -Muy bien. En ese caso, comenzaremos la clase.
Pasamos la clase cogiendo apuntes, y concentradas en lo que Angelina nos explicaba. En cambio, habían momentos en los que me acordaba de él. De Justin. En cómo le estaría yendo, y que estaría haciendo en este preciso instante.
Narra Justin
-Brittany. ¡Para! -me estaba haciendo cosquillas, y yo no podía parar de reír. Nos encontrábamos en mi cama, viendo una película, abrazados. Se colocó encima de mi, y comenzó a moverse lentamente. Esta chica me volvía loco.
- Brittany, por favor. Mi mamá está al lado, y nos puede escuchar. -le supliqué con calor.
- Mini-Bieber o bueno, como tus fans lo denominan, "La Bieberconda" no opina lo mismo, cariño. -besó mis labios, y siguió contoneando su cuerpo de arriba a abajo, excitandome.
La besé apasionadamente. Comenzamos a jadear. Se quitó la camisa, y me dejó embobado mirando su precioso encaje negro, y los pechos que lo rellanaban. En ese momento, Sophie vino a mi mente. Traté de ignorar su imagen, pero era más fuerte que yo. Aparté a Brittany, apenado y me levanté. Ella me miró perpleja.
- Brittany, yo... -clavé mi mirada en el suelo. Ella se acercó. -Lo siento.
- No pasa nada, amor. Te entiendo. -la miré. ¿De verdad me entendía? ¿Sabría que paré por Sophie? -Tu mamá está al lado, y yo también lo siento. Me dejé llevar... -No lo sabía. Menos mal. Dejé caer un suspiro. Ella me abrazó.
Narra Sophie
-¡Menos mal! -Lorena resopló cuando el timbre para ir a la cafetería sonó.
Recogimos nuestras cosas y nos dirigimos a poner los libros en nuestras respectivas taquillas. Cassie ya estaba metiendo sus libros, y cuando nos vio acercarnos, comenzó a saltar. Lorena y yo nos miramos como diciendo "Y, ¿a esta? ¿Qué le pasa?". Las dudas se nos fueron al instante.
- ¿Sabéis qué? ¿Sabéis qué? -gritó emocionada.
- No, no sabemos. A ver, cuéntanos. Seguro que estás deseando hacerlo. -la miré.
- Pues sí, la verdad. Bueno, al grano. ¡Un chico me acaba de pedir salir! -sus ojos se iluminaron, yo me quedé completamente flipando. No es que no me alegrara por ella, al contrario me encantaba que estuviese así de contenta, pero ¿en dos días ya tiene un tío detrás de ella? ¡Qué envidia!
- ¡Vaya! -soltó Lorena. -Y, ¿cómo se llama? ¿Está bueno?
- ¡Lorena! -le di un pequeño codazo.
- ¿Qué pasa? ¡Quiero saber! -se excusó ella, mientras se acariciaba el brazo por el golpecito que le di.
- Se llama Jason. Y no, Lore. No está bueno. -hizo una breve pausa- Está BUENÍSIMO. -le contestó poniéndole énfasis en "NÍ".
- Me alegra que estés así de contenta. Tienes suerte, ¿eh, pillina?
- Nah. -se sonrojó.
- Disculpa, ¿eres nueva? -preguntó una voz masculina a mis espaldas.
- S... -iba a darle una respuesta afirmativa cuando me giré y lo vi. Me quedé con los ojos abiertos como platos. Él me sonrió. -¿Christian? ¿CHRISTIAN BEADLES? -le pregunté sabiendo la respuesta, muy emocionada.
- El mismo. -me acerqué un poco más a él y lo abracé con todas mis fuerzas. Madre mía, lo echaba muchísimo de menos.
- ¡Vaya! Si que me quieres. -me devolvió el abrazo.
- Siempre te he querido, tonto. -dije aún en sus brazos.
- Y, ¿para mí no hay nada? -preguntó celosa Lorena.
- ¡Claro que sí! ¡Ven aquí! -me soltó despacio, y fue hacia Lorena. Se dieron un fuerte abrazo, y se dirigió de nuevo a mi. Me recorrió con la mirada, y eso me hizo sentirme un poco incómoda.
- Estás más hermosa de lo que te recordaba, Sophie. -me alagó. Yo solo sonreí un poco cortada y añadí:
- Y tú. La verdad, es que estás más... -dudé en decirlo- bueno. -logré decir.
(Christian Beadles 2011)
- Gracias. -me dio un pequeño abrazo.
- Y yo aquí como una pared. -agregó Cassie.
- Ups, lo siento. Christian está es Cassie, nuestra compañera de cuarto.
- Oh, hola Cassie. Yo soy... -le tendió la mano.
- Christian, Christian Beadles. -terminó de decir ella con las babas a punto de caer.
- ¿Cómo lo sabes? -preguntó curioso él.
- Pues, a parte de que Sophie lo acaba de decir, eres uno de los amigos de Justin Bieber. Por eso, sé de tu existencia. -contestó orgullosa, pero al notar una fría mirada por mi parte. Se disculpó.
- Chicas, ¿queréis ir a comer algo? -preguntó Christian cambiando de tema sabiendo que me encontraba un poco incómoda.
- ¡Claro! -dijeron Lorena y Cassie al unísono.
Yo en cambio, me quedé con la mirada perdida, sin saber que decir.
- ¿Estás bien? -me preguntó éste acariciando una de mis mejillas cuando aquellas se hubieron marchado.
- Sí. -mentí, y una pequeña lágrima rodando justo por donde él tenía su mano, lo demostró. Me sentí apenada, pero él con un abrazo cálido me hizo comprender que todo estaría bien. O eso, creía yo...
Días después...
-¿Cassie? -toqué en la puerta por segunda vez. - ¡Va, Cassi, abre! -dije desesperada. -Dios, me estoy meando. -murmuré.
Me recosté sobre el marco de la puerta, hasta que se abrió, y salió ella con una sonrisa de oreja a oreja.
- Todo tuyo -salió. Suspiré.
- Gracias -contesté en un tono sarcástico. -Ya pensé que te habías suicidado o algo ahí dentro -le confesé divertida mientras cerraba la puerta.
- ¡Ganas no me faltan! -me gritó desde fuera. Sonreí ante su comentario, e hice lo que venía a hacer en el baño.
Cassie. Nuestra compañera de cuarto. Venía de una pequeña ciudad de Texas. Una chica de nuestra edad. Soñadora, alegre, simpática, muy guapa, aunque tímida, y un poco torpe. ¿Qué digo un poco? ¡Mucho! La conocimos justo el día en el que llegamos a la residencia de la universidad. Fue como un ángel caído del cielo, literalmente, puesto que apareció ante nosotras en el suelo por culpa de sus maletas de equipaje. Fue muy chistoso, aunque por supuesto la ayudamos a levantarse. A parte, de torpe, es bipolar. En el poco tiempo que la conozco ha tenido muchos cambios de humor. Puede estar cinco minutos feliz, y luego estar deprimida. También hay que decir que le entran ataques paranoicos. Un poco raros, la verdad. Pero ella es así, y por ahora me encanta. Es una chica muy abierta. Y cuando digo abierta, no me refiero a una fácil que va por ahí provocando a los chicos. Rotundamente no. Lo que quiero decir, que es una persona con la que coges confianza en seguida, y le puedes contar muchas cosas, porque se le da perfectamente escuchar y da buenos consejos, no lo voy a negar. ¿Lo peor? Que le gusta Justin. Sí. Y obviamente, tanto ella como todos los de la universidad saben que mantuve una relación con él. Pero es algo normal, creo. Ella sabe que no me gusta hablar del tema al igual que Lorena. En cambio, las tipas de la residencia murmuran cada vez que me ven, y empiezan a cotillear. No me agrada, sin embargo, no les voy a estar peleando porque sé que no merece la pena. En fin.
Salí del baño, tras una ducha rápida. Me peiné un poco, y salí en ropa interior. Al abrir la puerta, Lorena, la cual estaba sentada en mi cama poniéndose los pantalones, hablaba con Cassie alegremente. Se me quedaron mirando de arriba a abajo, hasta que Cassie saltó con uno de sus comentarios:
- Si fuera un chico, te tiraba sobre esta cama y te...-rió.
- Vale. No quiero saber lo que viene a continuación. -reí mientras negaba con la cabeza. Esta chica no cambiaba.
- ¿Por qué? -se comenzó a poner unas botas muy chulas.
- Porque sé que vas a decir algo pervertido. -la miré de reojo.
- ¡Es increíble que pienses eso de mi! -se hizo la ofensiva. Coloqué una mano en su hombro.
- ¡Por Dios, Cassie! ¡Por supuesto que no lo pienso! -hice una pausa- Lo afirmó. -le guiñé un ojo y comenzamos a reír.
Nos terminamos de vestir. Era nuestro primer día de clases, así que teníamos que ir bien vestidas, pero sin ser extravagantes. En LA estaba empezando el invierno. Más bien, parecía que ya estábamos en esa estación del frío que solía hacer. Sobre todo por las mañanas, y por las noches. Elegimos conjuntos sencillos, pero nosotras hacíamos que éstos parecieran elegantes, por decirlo así.
Así que opté por ponerme esto:
Lorena se puso esto:
Cassie tenía más o menos el mismo estilo que nosotras. Ella con sus vans o sus converses, unos pantalones y una camisa cualquiera estaba más que preparada. Y le quedaba muy bien.
Desayunamos las tres juntas como solíamos hacer desde que llegamos hasta que sonó el timbre.
- No tengo ganas de nada... -masculló Lorena mientras caminábamos por los largos pasillos de la universidad con el fin de dar con nuestras taquillas. Algo completamente nuevo para nosotras.
- Es lo que nos toca. ¿Qué clase te toca ahora, Cassie? -le pregunté mientras colocaba algunos libros que traía en la mano, en mi taquilla.
- Literatura -contestó Cassie amargamente. -Bueno, chicas. Si queréis luego nos suicidamos las tres juntas comiendo y viendo pelis de miedo, pero por ahora más vale que me vaya si no llegaré tarde a clase. -cerró su taquilla y se despidió de nosotras.
- ¿Te pasa algo, Lore? -la miré fijamente. Estaba callada y eso en ella era raro.
- ¿Qué? No, no. Nada. -alejó sus pensamientos, y me sonrió.
- Como digas. ¿Vamos?
- Vamos. -cerramos las taquillas y pusimos rumbo a nuestra primera clase.
- A ver, chicos. Por favor tomad asiento. -comenzó a decir la profesora. -Ante todo me presento. Mi nombre es Angelina, y seré vuestra profesora de Historia. Sé que algunos estáis un poco nerviosos porque sois nuevos, pero no tenéis por qué preocuparos de nada. Intentaré que las clases sean amenas, y no un tostón como otras asignaturas. -reímos. -Pero, no digáis nada, ¿eh? -molaba esta profe. Me estaba empezando a caer bien. Sonreí ante mis pensamientos.
- Quiero darle la bienvenida a todos, pero en parte a dos chicas que vienen de España. La señorita -hizo una pausa para mirar la lista de alumnos, y prosiguió- Lorena, y su hermana, la señorita Sophie. -Todos miraron a donde estábamos. Me sonrojé.
- ¿Queréis preguntar alguna duda, o comentar algo, chicas? -nos preguntó. Negamos con la cabeza, tímidas. -Muy bien. En ese caso, comenzaremos la clase.
Pasamos la clase cogiendo apuntes, y concentradas en lo que Angelina nos explicaba. En cambio, habían momentos en los que me acordaba de él. De Justin. En cómo le estaría yendo, y que estaría haciendo en este preciso instante.
Narra Justin
-Brittany. ¡Para! -me estaba haciendo cosquillas, y yo no podía parar de reír. Nos encontrábamos en mi cama, viendo una película, abrazados. Se colocó encima de mi, y comenzó a moverse lentamente. Esta chica me volvía loco.
- Brittany, por favor. Mi mamá está al lado, y nos puede escuchar. -le supliqué con calor.
- Mini-Bieber o bueno, como tus fans lo denominan, "La Bieberconda" no opina lo mismo, cariño. -besó mis labios, y siguió contoneando su cuerpo de arriba a abajo, excitandome.
La besé apasionadamente. Comenzamos a jadear. Se quitó la camisa, y me dejó embobado mirando su precioso encaje negro, y los pechos que lo rellanaban. En ese momento, Sophie vino a mi mente. Traté de ignorar su imagen, pero era más fuerte que yo. Aparté a Brittany, apenado y me levanté. Ella me miró perpleja.
- Brittany, yo... -clavé mi mirada en el suelo. Ella se acercó. -Lo siento.
- No pasa nada, amor. Te entiendo. -la miré. ¿De verdad me entendía? ¿Sabría que paré por Sophie? -Tu mamá está al lado, y yo también lo siento. Me dejé llevar... -No lo sabía. Menos mal. Dejé caer un suspiro. Ella me abrazó.
Narra Sophie
-¡Menos mal! -Lorena resopló cuando el timbre para ir a la cafetería sonó.
Recogimos nuestras cosas y nos dirigimos a poner los libros en nuestras respectivas taquillas. Cassie ya estaba metiendo sus libros, y cuando nos vio acercarnos, comenzó a saltar. Lorena y yo nos miramos como diciendo "Y, ¿a esta? ¿Qué le pasa?". Las dudas se nos fueron al instante.
- ¿Sabéis qué? ¿Sabéis qué? -gritó emocionada.
- No, no sabemos. A ver, cuéntanos. Seguro que estás deseando hacerlo. -la miré.
- Pues sí, la verdad. Bueno, al grano. ¡Un chico me acaba de pedir salir! -sus ojos se iluminaron, yo me quedé completamente flipando. No es que no me alegrara por ella, al contrario me encantaba que estuviese así de contenta, pero ¿en dos días ya tiene un tío detrás de ella? ¡Qué envidia!
- ¡Vaya! -soltó Lorena. -Y, ¿cómo se llama? ¿Está bueno?
- ¡Lorena! -le di un pequeño codazo.
- ¿Qué pasa? ¡Quiero saber! -se excusó ella, mientras se acariciaba el brazo por el golpecito que le di.
- Se llama Jason. Y no, Lore. No está bueno. -hizo una breve pausa- Está BUENÍSIMO. -le contestó poniéndole énfasis en "NÍ".
- Me alegra que estés así de contenta. Tienes suerte, ¿eh, pillina?
- Nah. -se sonrojó.
- Disculpa, ¿eres nueva? -preguntó una voz masculina a mis espaldas.
- S... -iba a darle una respuesta afirmativa cuando me giré y lo vi. Me quedé con los ojos abiertos como platos. Él me sonrió. -¿Christian? ¿CHRISTIAN BEADLES? -le pregunté sabiendo la respuesta, muy emocionada.
- El mismo. -me acerqué un poco más a él y lo abracé con todas mis fuerzas. Madre mía, lo echaba muchísimo de menos.
- ¡Vaya! Si que me quieres. -me devolvió el abrazo.
- Siempre te he querido, tonto. -dije aún en sus brazos.
- Y, ¿para mí no hay nada? -preguntó celosa Lorena.
- ¡Claro que sí! ¡Ven aquí! -me soltó despacio, y fue hacia Lorena. Se dieron un fuerte abrazo, y se dirigió de nuevo a mi. Me recorrió con la mirada, y eso me hizo sentirme un poco incómoda.
- Estás más hermosa de lo que te recordaba, Sophie. -me alagó. Yo solo sonreí un poco cortada y añadí:
- Y tú. La verdad, es que estás más... -dudé en decirlo- bueno. -logré decir.
(Christian Beadles 2011)
- Gracias. -me dio un pequeño abrazo.
- Y yo aquí como una pared. -agregó Cassie.
- Ups, lo siento. Christian está es Cassie, nuestra compañera de cuarto.
- Oh, hola Cassie. Yo soy... -le tendió la mano.
- Christian, Christian Beadles. -terminó de decir ella con las babas a punto de caer.
- ¿Cómo lo sabes? -preguntó curioso él.
- Pues, a parte de que Sophie lo acaba de decir, eres uno de los amigos de Justin Bieber. Por eso, sé de tu existencia. -contestó orgullosa, pero al notar una fría mirada por mi parte. Se disculpó.
- Chicas, ¿queréis ir a comer algo? -preguntó Christian cambiando de tema sabiendo que me encontraba un poco incómoda.
- ¡Claro! -dijeron Lorena y Cassie al unísono.
Yo en cambio, me quedé con la mirada perdida, sin saber que decir.
- ¿Estás bien? -me preguntó éste acariciando una de mis mejillas cuando aquellas se hubieron marchado.
- Sí. -mentí, y una pequeña lágrima rodando justo por donde él tenía su mano, lo demostró. Me sentí apenada, pero él con un abrazo cálido me hizo comprender que todo estaría bien. O eso, creía yo...
domingo, 9 de octubre de 2011
Hola beliebers!! :]
Primero que nada, queríamos pedirles disculpas otra vez.
Segundo, os dejamos el nuevo capítulo. Esperamos que os guste mucho y que sigáis comentando como siempre. Sabéis que los comentarios para nosotras son muy importantes, pues es nuestra fuente de inspiración por así decirlo, ya que nos animan mucho a seguir con esta novela.
Y tercero, aclararles que aunque hayamos puesto que la novela se está acabando , aún faltan muchas cosas. Estamos seguras de que el final va a ser el indicado y que los próximos capitulos van a ser muy importantes para esta historia.
Así que dejad muchos comentarios y pedid el siguiente :3
Respecto a lo de si haremos otra novela. Aún no hemos pensado en hacer otra juntas, pero si se nos ocurre empezar otra os avisaremos, pero bueno esta aún no ha acabado :)
loveblueeyes: ¿Cuando dices resumen te refieres a un resumen de la historia? Es que no sabíamos u.u Y bueno, en cuanto tengamos tiempo nos pasamos por tu blog :]
Para las que os guste One Direction. Yo (Yani) tengo una novela adaptada de Zayn en univision. Os dejo el link, por si queréis leerla :] http://foro.univision.com/t5/Web-Novelas/poя-єl-plαcєя-dє-єsταя-coиτιgo-Zαyи-Мαlιĸ-amp-τu-нoτ-αdαpταdα/m-p/430820996 :3
Muchas gracias BELIEBERS! :]
Primero que nada, queríamos pedirles disculpas otra vez.
Segundo, os dejamos el nuevo capítulo. Esperamos que os guste mucho y que sigáis comentando como siempre. Sabéis que los comentarios para nosotras son muy importantes, pues es nuestra fuente de inspiración por así decirlo, ya que nos animan mucho a seguir con esta novela.
Y tercero, aclararles que aunque hayamos puesto que la novela se está acabando , aún faltan muchas cosas. Estamos seguras de que el final va a ser el indicado y que los próximos capitulos van a ser muy importantes para esta historia.
Así que dejad muchos comentarios y pedid el siguiente :3
Respecto a lo de si haremos otra novela. Aún no hemos pensado en hacer otra juntas, pero si se nos ocurre empezar otra os avisaremos, pero bueno esta aún no ha acabado :)
loveblueeyes: ¿Cuando dices resumen te refieres a un resumen de la historia? Es que no sabíamos u.u Y bueno, en cuanto tengamos tiempo nos pasamos por tu blog :]
Para las que os guste One Direction. Yo (Yani) tengo una novela adaptada de Zayn en univision. Os dejo el link, por si queréis leerla :] http://foro.univision.com/t5/Web-Novelas/poя-єl-plαcєя-dє-єsταя-coиτιgo-Zαyи-Мαlιĸ-amp-τu-нoτ-αdαpταdα/m-p/430820996 :3
Muchas gracias BELIEBERS! :]
Capitulo 53 - "El tiempo hace el olvido. O quizás no"
Este capitulo va dedicado a Alondra :]
Unos meses después
Unos meses después
Ya hacía bastante tiempo desde que Justin se había marchado. Era lo mejor. Quizás no lo mejor para mí, pero si para él. Merecía continuar con su carrera y cumplir su sueño y yo no se lo podía impedir.
Había seguido yendo a clase. Ahora estábamos de vacaciones y tenía más tiempo libre. Tiempo que he dedicado a pensar una y otra vez en él. Además he empezado a recordar más cosas y según el médico estoy a punto de recuperar la memoria por completo. No he podido resistirme a llorar cada vez que llega un recuerdo suyo a mi mente. Me ha llamado. Sí. Muchas veces y me ha dejado muchos mensajes, pero en estos últimos meses ha dejado de hacerlo. Quizás porque nunca respondía a ninguno de ellos o porque no contesté a sus llamadas. No porque no quisiera, todo lo contrario. Era lo que más deseaba, poder escuchar de nuevo su voz.
Un día encendí la televisión y salió una nueva noticia. Justin había vuelto a su carrera. Está muy contenta, porque sabía que eso era lo mejor, lo que él siempre había querido. Y que si el nunca hubiera sido cantante lo más probable es que no nos hubiéramos conocido.
Y mentiría si no dijera cuantas veces he querido volver a atrás y hacer las cosas de mejor manera. Haberle dicho cuanto lo amaba por aquel entonces y cuanto lo sigo haciendo ahora, porque a pesar de tenerlo lejos mi amor por él nunca ha muerto. Y en el fondo esperaba que él tampoco haya dejado de amarme.
Las últimas noticias iban acompañadas de nuevos rumores sobre una nueva posible relación. Y sentía celos, pero una parte de mí, prefería pensar que sólo eran eso. Rumores. Nada más. Pero no fue así, pues días más tarde aparecieron fotos suyas con otra chica. Besándose. Tenía que seguir con mi vida y él con la suya. Era lo mejor, lo que tenía que pasar.
(NARRADO POR JUSTIN)
Meses, que para mí fueron como años. Pasaron lentos y fueron dolorosos. Escuchar las últimas palabras. Un <<no te quiero>> fue algo que realmente no esperaba. Tenía todas mis esperanzas puestas es que Sophie recuperara la memoria y que todo volviese a ser como antes, pero a veces todos los sueños no se pueden hacer realidad. Tienes que luchar por ellos y yo luché por ella, pero las cosas salieron mal. A pesar de eso, seguí intentándolo. La llamé y le mandé muchos mensajes, pero nunca contestó. Empezaba a pensar que me había apartado totalmente de su vida. Yo sabía que algún día recuperaría la memoria por completo y que se acordaría de todos los momentos que hemos vivido juntos. Y tal vez cuando eso pasara me devolvería alguna llamada y me pediría que regresara a su lado. Sólo quería pensar que para entonces no fuera demasiado tarde.
Empecé a salir con otra chica, Brittany. No era Sophie, pero se portaba genial conmigo. Le cogí mucho cariño y decidí formalizar nuestra relación. Aunque en el fondo sabía perfectamente que Sophie era la única que ocupaba mi corazón y estaba siempre en mi mente.
Volví a mi carrera, al fin y al cabo lo había dejado todo para poder ayudar a Sophie a recordar, pero ella ya no me quería a su lado y la música era el único medio que tenía para sentirme bien. Mis fans me brindaron todo su apoyo y las cosas fueron volviendo a la normalidad poco a poco. A pesar de que cada día la echaba más de menos y aunque estuviese lejos, era como si nunca se hubiese ido. Como si siguiera a mi lado.
Un año más tarde
Lorena y yo estábamos en un avión con destino a EEUU. Nuestros padres días atrás nos habían dado la sorpresa de que iríamos a la Universidad allí. Era nuestro gran sueño y se estaba haciendo realidad. Después de todo seguía creyendo en que si luchas por algo, al final lo terminas consiguiendo. Sólo tienes que creer.
Doce horas de vuelo, que fueron una eternidad para mí. Pero todo el esfuerzo valía la pena. A las 2.00 pm aterrizamos en el aeropuerto de LAX. Me sentía genial, por una vez las cosas iban bien en mi vida.
- Esto es enorme - dijo Lorena embobada, mirando a todos lados.
- Sí. Es mejor de lo que habría imaginado.
- Me siento como Jus… - cayó al darse cuenta de lo que estaba a punto de decir. - Lo siento, lo siento. No pensé antes de hablar.
- No pasa nada. Ya lo he superado, Lore. Justin es historia para mí.
Y sabía que esta diciendo una mentira. Una gran mentira. Y quizás Lorena sabía que lo era, pero no dijo nada más. Ella también había dejado su relación con Ryan. Ambos se querían, pero la distancia no es lo mejor para mantener una relación. Así que aquello tenía que pasa tarde o temprano. ¿Por qué siempre lo mejor es lo peor? Eso era lo que me preguntaba cada día, cada vez que pensaba en por qué lo había dejado ir.
Continuamos avanzando por los pasillos del aeropuerto, tomamos un taxi que nos llevaría hasta la Universidad. Nuestro lugar de estudio y nuestro nuevo hogar.
Había recuperado por completo la memoria. Me sentía bien de nuevo. Ya no era como si algo faltara dentro de mí. Todo estaba en su sitio.
Estaba completamente segura de que iba a ser un año estupendo. Algo me lo decía. Me esperaban nuevas experiencias, nuevas sorpresas, nuevos amigos… Había recuperado por completo la memoria. Me sentía bien de nuevo. Ya no me sentía como si algo faltara dentro de mí. Todo estaba en su sitio.
Sí. Muchas sorpresas para Sophie. Puede que sean agradables o no. Puede que sea lo que lleva esperando siempre. Pero seguramente se sorprenderá. Y de qué manera…
sábado, 8 de octubre de 2011
Hola beliebers! :] Perdón, perdón, perdón... Sabemos que muchas de vosotras nos queréis matar ahora mismo por no haber subido capitulo. Pero es que hemos tenido exámenes y no hemos podido escribir. Esperamos que lo entiendan >.<
Mañana, repito. Mañana sin falta tendrán el capitulo.
Gracias por no abandonarnos y perdón otra vez, porque sabemos que tenemos un compromiso con vosotras de subirles al menos un capitulo por semana. Pero entre los exámenes y la falta de inspiración...
Solamente decirles que queda poco para el final. Lo hemos estado pensando y no le vamos a dar más vueltas a la novela. Aún no termina, porque faltan muchas cosas por ocurrir, pero se va acercando el final u.u
Muchas gracias por todos los comentarios y los nuevos seguidores!! ^^
Mañana, repito. Mañana sin falta tendrán el capitulo.
Gracias por no abandonarnos y perdón otra vez, porque sabemos que tenemos un compromiso con vosotras de subirles al menos un capitulo por semana. Pero entre los exámenes y la falta de inspiración...
Solamente decirles que queda poco para el final. Lo hemos estado pensando y no le vamos a dar más vueltas a la novela. Aún no termina, porque faltan muchas cosas por ocurrir, pero se va acercando el final u.u
Muchas gracias por todos los comentarios y los nuevos seguidores!! ^^
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