Nota: Este capítulo se lo dedicamos a Caroline :3
Días después...
-¿Cassie? -toqué en la puerta por segunda vez. - ¡Va, Cassi, abre! -dije desesperada. -Dios, me estoy meando. -murmuré.
Me recosté sobre el marco de la puerta, hasta que se abrió, y salió ella con una sonrisa de oreja a oreja.
- Todo tuyo -salió. Suspiré.
- Gracias -contesté en un tono sarcástico. -Ya pensé que te habías suicidado o algo ahí dentro -le confesé divertida mientras cerraba la puerta.
- ¡Ganas no me faltan! -me gritó desde fuera. Sonreí ante su comentario, e hice lo que venía a hacer en el baño.
Cassie. Nuestra compañera de cuarto. Venía de una pequeña ciudad de Texas. Una chica de nuestra edad. Soñadora, alegre, simpática, muy guapa, aunque tímida, y un poco torpe. ¿Qué digo un poco? ¡Mucho! La conocimos justo el día en el que llegamos a la residencia de la universidad. Fue como un ángel caído del cielo, literalmente, puesto que apareció ante nosotras en el suelo por culpa de sus maletas de equipaje. Fue muy chistoso, aunque por supuesto la ayudamos a levantarse. A parte, de torpe, es bipolar. En el poco tiempo que la conozco ha tenido muchos cambios de humor. Puede estar cinco minutos feliz, y luego estar deprimida. También hay que decir que le entran ataques paranoicos. Un poco raros, la verdad. Pero ella es así, y por ahora me encanta. Es una chica muy abierta. Y cuando digo abierta, no me refiero a una fácil que va por ahí provocando a los chicos. Rotundamente no. Lo que quiero decir, que es una persona con la que coges confianza en seguida, y le puedes contar muchas cosas, porque se le da perfectamente escuchar y da buenos consejos, no lo voy a negar. ¿Lo peor? Que le gusta Justin. Sí. Y obviamente, tanto ella como todos los de la universidad saben que mantuve una relación con él. Pero es algo normal, creo. Ella sabe que no me gusta hablar del tema al igual que Lorena. En cambio, las tipas de la residencia murmuran cada vez que me ven, y empiezan a cotillear. No me agrada, sin embargo, no les voy a estar peleando porque sé que no merece la pena. En fin.
Salí del baño, tras una ducha rápida. Me peiné un poco, y salí en ropa interior. Al abrir la puerta, Lorena, la cual estaba sentada en mi cama poniéndose los pantalones, hablaba con Cassie alegremente. Se me quedaron mirando de arriba a abajo, hasta que Cassie saltó con uno de sus comentarios:
- Si fuera un chico, te tiraba sobre esta cama y te...-rió.
- Vale. No quiero saber lo que viene a continuación. -reí mientras negaba con la cabeza. Esta chica no cambiaba.
- ¿Por qué? -se comenzó a poner unas botas muy chulas.
- Porque sé que vas a decir algo pervertido. -la miré de reojo.
- ¡Es increíble que pienses eso de mi! -se hizo la ofensiva. Coloqué una mano en su hombro.
- ¡Por Dios, Cassie! ¡Por supuesto que no lo pienso! -hice una pausa- Lo afirmó. -le guiñé un ojo y comenzamos a reír.
Nos terminamos de vestir. Era nuestro primer día de clases, así que teníamos que ir bien vestidas, pero sin ser extravagantes. En LA estaba empezando el invierno. Más bien, parecía que ya estábamos en esa estación del frío que solía hacer. Sobre todo por las mañanas, y por las noches. Elegimos conjuntos sencillos, pero nosotras hacíamos que éstos parecieran elegantes, por decirlo así.
Así que opté por ponerme esto:
Lorena se puso esto:
Cassie tenía más o menos el mismo estilo que nosotras. Ella con sus vans o sus converses, unos pantalones y una camisa cualquiera estaba más que preparada. Y le quedaba muy bien.
Desayunamos las tres juntas como solíamos hacer desde que llegamos hasta que sonó el timbre.
- No tengo ganas de nada... -masculló Lorena mientras caminábamos por los largos pasillos de la universidad con el fin de dar con nuestras taquillas. Algo completamente nuevo para nosotras.
- Es lo que nos toca. ¿Qué clase te toca ahora, Cassie? -le pregunté mientras colocaba algunos libros que traía en la mano, en mi taquilla.
- Literatura -contestó Cassie amargamente. -Bueno, chicas. Si queréis luego nos suicidamos las tres juntas comiendo y viendo pelis de miedo, pero por ahora más vale que me vaya si no llegaré tarde a clase. -cerró su taquilla y se despidió de nosotras.
- ¿Te pasa algo, Lore? -la miré fijamente. Estaba callada y eso en ella era raro.
- ¿Qué? No, no. Nada. -alejó sus pensamientos, y me sonrió.
- Como digas. ¿Vamos?
- Vamos. -cerramos las taquillas y pusimos rumbo a nuestra primera clase.
- A ver, chicos. Por favor tomad asiento. -comenzó a decir la profesora. -Ante todo me presento. Mi nombre es Angelina, y seré vuestra profesora de Historia. Sé que algunos estáis un poco nerviosos porque sois nuevos, pero no tenéis por qué preocuparos de nada. Intentaré que las clases sean amenas, y no un tostón como otras asignaturas. -reímos. -Pero, no digáis nada, ¿eh? -molaba esta profe. Me estaba empezando a caer bien. Sonreí ante mis pensamientos.
- Quiero darle la bienvenida a todos, pero en parte a dos chicas que vienen de España. La señorita -hizo una pausa para mirar la lista de alumnos, y prosiguió- Lorena, y su hermana, la señorita Sophie. -Todos miraron a donde estábamos. Me sonrojé.
- ¿Queréis preguntar alguna duda, o comentar algo, chicas? -nos preguntó. Negamos con la cabeza, tímidas. -Muy bien. En ese caso, comenzaremos la clase.
Pasamos la clase cogiendo apuntes, y concentradas en lo que Angelina nos explicaba. En cambio, habían momentos en los que me acordaba de él. De Justin. En cómo le estaría yendo, y que estaría haciendo en este preciso instante.
Narra Justin
-Brittany. ¡Para! -me estaba haciendo cosquillas, y yo no podía parar de reír. Nos encontrábamos en mi cama, viendo una película, abrazados. Se colocó encima de mi, y comenzó a moverse lentamente. Esta chica me volvía loco.
- Brittany, por favor. Mi mamá está al lado, y nos puede escuchar. -le supliqué con calor.
- Mini-Bieber o bueno, como tus fans lo denominan, "La Bieberconda" no opina lo mismo, cariño. -besó mis labios, y siguió contoneando su cuerpo de arriba a abajo, excitandome.
La besé apasionadamente. Comenzamos a jadear. Se quitó la camisa, y me dejó embobado mirando su precioso encaje negro, y los pechos que lo rellanaban. En ese momento, Sophie vino a mi mente. Traté de ignorar su imagen, pero era más fuerte que yo. Aparté a Brittany, apenado y me levanté. Ella me miró perpleja.
- Brittany, yo... -clavé mi mirada en el suelo. Ella se acercó. -Lo siento.
- No pasa nada, amor. Te entiendo. -la miré. ¿De verdad me entendía? ¿Sabría que paré por Sophie? -Tu mamá está al lado, y yo también lo siento. Me dejé llevar... -No lo sabía. Menos mal. Dejé caer un suspiro. Ella me abrazó.
Narra Sophie
-¡Menos mal! -Lorena resopló cuando el timbre para ir a la cafetería sonó.
Recogimos nuestras cosas y nos dirigimos a poner los libros en nuestras respectivas taquillas. Cassie ya estaba metiendo sus libros, y cuando nos vio acercarnos, comenzó a saltar. Lorena y yo nos miramos como diciendo "Y, ¿a esta? ¿Qué le pasa?". Las dudas se nos fueron al instante.
- ¿Sabéis qué? ¿Sabéis qué? -gritó emocionada.
- No, no sabemos. A ver, cuéntanos. Seguro que estás deseando hacerlo. -la miré.
- Pues sí, la verdad. Bueno, al grano. ¡Un chico me acaba de pedir salir! -sus ojos se iluminaron, yo me quedé completamente flipando. No es que no me alegrara por ella, al contrario me encantaba que estuviese así de contenta, pero ¿en dos días ya tiene un tío detrás de ella? ¡Qué envidia!
- ¡Vaya! -soltó Lorena. -Y, ¿cómo se llama? ¿Está bueno?
- ¡Lorena! -le di un pequeño codazo.
- ¿Qué pasa? ¡Quiero saber! -se excusó ella, mientras se acariciaba el brazo por el golpecito que le di.
- Se llama Jason. Y no, Lore. No está bueno. -hizo una breve pausa- Está BUENÍSIMO. -le contestó poniéndole énfasis en "NÍ".
- Me alegra que estés así de contenta. Tienes suerte, ¿eh, pillina?
- Nah. -se sonrojó.
- Disculpa, ¿eres nueva? -preguntó una voz masculina a mis espaldas.
- S... -iba a darle una respuesta afirmativa cuando me giré y lo vi. Me quedé con los ojos abiertos como platos. Él me sonrió. -¿Christian? ¿CHRISTIAN BEADLES? -le pregunté sabiendo la respuesta, muy emocionada.
- El mismo. -me acerqué un poco más a él y lo abracé con todas mis fuerzas. Madre mía, lo echaba muchísimo de menos.
- ¡Vaya! Si que me quieres. -me devolvió el abrazo.
- Siempre te he querido, tonto. -dije aún en sus brazos.
- Y, ¿para mí no hay nada? -preguntó celosa Lorena.
- ¡Claro que sí! ¡Ven aquí! -me soltó despacio, y fue hacia Lorena. Se dieron un fuerte abrazo, y se dirigió de nuevo a mi. Me recorrió con la mirada, y eso me hizo sentirme un poco incómoda.
- Estás más hermosa de lo que te recordaba, Sophie. -me alagó. Yo solo sonreí un poco cortada y añadí:
- Y tú. La verdad, es que estás más... -dudé en decirlo- bueno. -logré decir.
(Christian Beadles 2011)
- Gracias. -me dio un pequeño abrazo.
- Y yo aquí como una pared. -agregó Cassie.
- Ups, lo siento. Christian está es Cassie, nuestra compañera de cuarto.
- Oh, hola Cassie. Yo soy... -le tendió la mano.
- Christian, Christian Beadles. -terminó de decir ella con las babas a punto de caer.
- ¿Cómo lo sabes? -preguntó curioso él.
- Pues, a parte de que Sophie lo acaba de decir, eres uno de los amigos de Justin Bieber. Por eso, sé de tu existencia. -contestó orgullosa, pero al notar una fría mirada por mi parte. Se disculpó.
- Chicas, ¿queréis ir a comer algo? -preguntó Christian cambiando de tema sabiendo que me encontraba un poco incómoda.
- ¡Claro! -dijeron Lorena y Cassie al unísono.
Yo en cambio, me quedé con la mirada perdida, sin saber que decir.
- ¿Estás bien? -me preguntó éste acariciando una de mis mejillas cuando aquellas se hubieron marchado.
- Sí. -mentí, y una pequeña lágrima rodando justo por donde él tenía su mano, lo demostró. Me sentí apenada, pero él con un abrazo cálido me hizo comprender que todo estaría bien. O eso, creía yo...
Días después...
-¿Cassie? -toqué en la puerta por segunda vez. - ¡Va, Cassi, abre! -dije desesperada. -Dios, me estoy meando. -murmuré.
Me recosté sobre el marco de la puerta, hasta que se abrió, y salió ella con una sonrisa de oreja a oreja.
- Todo tuyo -salió. Suspiré.
- Gracias -contesté en un tono sarcástico. -Ya pensé que te habías suicidado o algo ahí dentro -le confesé divertida mientras cerraba la puerta.
- ¡Ganas no me faltan! -me gritó desde fuera. Sonreí ante su comentario, e hice lo que venía a hacer en el baño.
Cassie. Nuestra compañera de cuarto. Venía de una pequeña ciudad de Texas. Una chica de nuestra edad. Soñadora, alegre, simpática, muy guapa, aunque tímida, y un poco torpe. ¿Qué digo un poco? ¡Mucho! La conocimos justo el día en el que llegamos a la residencia de la universidad. Fue como un ángel caído del cielo, literalmente, puesto que apareció ante nosotras en el suelo por culpa de sus maletas de equipaje. Fue muy chistoso, aunque por supuesto la ayudamos a levantarse. A parte, de torpe, es bipolar. En el poco tiempo que la conozco ha tenido muchos cambios de humor. Puede estar cinco minutos feliz, y luego estar deprimida. También hay que decir que le entran ataques paranoicos. Un poco raros, la verdad. Pero ella es así, y por ahora me encanta. Es una chica muy abierta. Y cuando digo abierta, no me refiero a una fácil que va por ahí provocando a los chicos. Rotundamente no. Lo que quiero decir, que es una persona con la que coges confianza en seguida, y le puedes contar muchas cosas, porque se le da perfectamente escuchar y da buenos consejos, no lo voy a negar. ¿Lo peor? Que le gusta Justin. Sí. Y obviamente, tanto ella como todos los de la universidad saben que mantuve una relación con él. Pero es algo normal, creo. Ella sabe que no me gusta hablar del tema al igual que Lorena. En cambio, las tipas de la residencia murmuran cada vez que me ven, y empiezan a cotillear. No me agrada, sin embargo, no les voy a estar peleando porque sé que no merece la pena. En fin.
Salí del baño, tras una ducha rápida. Me peiné un poco, y salí en ropa interior. Al abrir la puerta, Lorena, la cual estaba sentada en mi cama poniéndose los pantalones, hablaba con Cassie alegremente. Se me quedaron mirando de arriba a abajo, hasta que Cassie saltó con uno de sus comentarios:
- Si fuera un chico, te tiraba sobre esta cama y te...-rió.
- Vale. No quiero saber lo que viene a continuación. -reí mientras negaba con la cabeza. Esta chica no cambiaba.
- ¿Por qué? -se comenzó a poner unas botas muy chulas.
- Porque sé que vas a decir algo pervertido. -la miré de reojo.
- ¡Es increíble que pienses eso de mi! -se hizo la ofensiva. Coloqué una mano en su hombro.
- ¡Por Dios, Cassie! ¡Por supuesto que no lo pienso! -hice una pausa- Lo afirmó. -le guiñé un ojo y comenzamos a reír.
Nos terminamos de vestir. Era nuestro primer día de clases, así que teníamos que ir bien vestidas, pero sin ser extravagantes. En LA estaba empezando el invierno. Más bien, parecía que ya estábamos en esa estación del frío que solía hacer. Sobre todo por las mañanas, y por las noches. Elegimos conjuntos sencillos, pero nosotras hacíamos que éstos parecieran elegantes, por decirlo así.
Así que opté por ponerme esto:
Lorena se puso esto:
Cassie tenía más o menos el mismo estilo que nosotras. Ella con sus vans o sus converses, unos pantalones y una camisa cualquiera estaba más que preparada. Y le quedaba muy bien.
Desayunamos las tres juntas como solíamos hacer desde que llegamos hasta que sonó el timbre.
- No tengo ganas de nada... -masculló Lorena mientras caminábamos por los largos pasillos de la universidad con el fin de dar con nuestras taquillas. Algo completamente nuevo para nosotras.
- Es lo que nos toca. ¿Qué clase te toca ahora, Cassie? -le pregunté mientras colocaba algunos libros que traía en la mano, en mi taquilla.
- Literatura -contestó Cassie amargamente. -Bueno, chicas. Si queréis luego nos suicidamos las tres juntas comiendo y viendo pelis de miedo, pero por ahora más vale que me vaya si no llegaré tarde a clase. -cerró su taquilla y se despidió de nosotras.
- ¿Te pasa algo, Lore? -la miré fijamente. Estaba callada y eso en ella era raro.
- ¿Qué? No, no. Nada. -alejó sus pensamientos, y me sonrió.
- Como digas. ¿Vamos?
- Vamos. -cerramos las taquillas y pusimos rumbo a nuestra primera clase.
- A ver, chicos. Por favor tomad asiento. -comenzó a decir la profesora. -Ante todo me presento. Mi nombre es Angelina, y seré vuestra profesora de Historia. Sé que algunos estáis un poco nerviosos porque sois nuevos, pero no tenéis por qué preocuparos de nada. Intentaré que las clases sean amenas, y no un tostón como otras asignaturas. -reímos. -Pero, no digáis nada, ¿eh? -molaba esta profe. Me estaba empezando a caer bien. Sonreí ante mis pensamientos.
- Quiero darle la bienvenida a todos, pero en parte a dos chicas que vienen de España. La señorita -hizo una pausa para mirar la lista de alumnos, y prosiguió- Lorena, y su hermana, la señorita Sophie. -Todos miraron a donde estábamos. Me sonrojé.
- ¿Queréis preguntar alguna duda, o comentar algo, chicas? -nos preguntó. Negamos con la cabeza, tímidas. -Muy bien. En ese caso, comenzaremos la clase.
Pasamos la clase cogiendo apuntes, y concentradas en lo que Angelina nos explicaba. En cambio, habían momentos en los que me acordaba de él. De Justin. En cómo le estaría yendo, y que estaría haciendo en este preciso instante.
Narra Justin
-Brittany. ¡Para! -me estaba haciendo cosquillas, y yo no podía parar de reír. Nos encontrábamos en mi cama, viendo una película, abrazados. Se colocó encima de mi, y comenzó a moverse lentamente. Esta chica me volvía loco.
- Brittany, por favor. Mi mamá está al lado, y nos puede escuchar. -le supliqué con calor.
- Mini-Bieber o bueno, como tus fans lo denominan, "La Bieberconda" no opina lo mismo, cariño. -besó mis labios, y siguió contoneando su cuerpo de arriba a abajo, excitandome.
La besé apasionadamente. Comenzamos a jadear. Se quitó la camisa, y me dejó embobado mirando su precioso encaje negro, y los pechos que lo rellanaban. En ese momento, Sophie vino a mi mente. Traté de ignorar su imagen, pero era más fuerte que yo. Aparté a Brittany, apenado y me levanté. Ella me miró perpleja.
- Brittany, yo... -clavé mi mirada en el suelo. Ella se acercó. -Lo siento.
- No pasa nada, amor. Te entiendo. -la miré. ¿De verdad me entendía? ¿Sabría que paré por Sophie? -Tu mamá está al lado, y yo también lo siento. Me dejé llevar... -No lo sabía. Menos mal. Dejé caer un suspiro. Ella me abrazó.
Narra Sophie
-¡Menos mal! -Lorena resopló cuando el timbre para ir a la cafetería sonó.
Recogimos nuestras cosas y nos dirigimos a poner los libros en nuestras respectivas taquillas. Cassie ya estaba metiendo sus libros, y cuando nos vio acercarnos, comenzó a saltar. Lorena y yo nos miramos como diciendo "Y, ¿a esta? ¿Qué le pasa?". Las dudas se nos fueron al instante.
- ¿Sabéis qué? ¿Sabéis qué? -gritó emocionada.
- No, no sabemos. A ver, cuéntanos. Seguro que estás deseando hacerlo. -la miré.
- Pues sí, la verdad. Bueno, al grano. ¡Un chico me acaba de pedir salir! -sus ojos se iluminaron, yo me quedé completamente flipando. No es que no me alegrara por ella, al contrario me encantaba que estuviese así de contenta, pero ¿en dos días ya tiene un tío detrás de ella? ¡Qué envidia!
- ¡Vaya! -soltó Lorena. -Y, ¿cómo se llama? ¿Está bueno?
- ¡Lorena! -le di un pequeño codazo.
- ¿Qué pasa? ¡Quiero saber! -se excusó ella, mientras se acariciaba el brazo por el golpecito que le di.
- Se llama Jason. Y no, Lore. No está bueno. -hizo una breve pausa- Está BUENÍSIMO. -le contestó poniéndole énfasis en "NÍ".
- Me alegra que estés así de contenta. Tienes suerte, ¿eh, pillina?
- Nah. -se sonrojó.
- Disculpa, ¿eres nueva? -preguntó una voz masculina a mis espaldas.
- S... -iba a darle una respuesta afirmativa cuando me giré y lo vi. Me quedé con los ojos abiertos como platos. Él me sonrió. -¿Christian? ¿CHRISTIAN BEADLES? -le pregunté sabiendo la respuesta, muy emocionada.
- El mismo. -me acerqué un poco más a él y lo abracé con todas mis fuerzas. Madre mía, lo echaba muchísimo de menos.
- ¡Vaya! Si que me quieres. -me devolvió el abrazo.
- Siempre te he querido, tonto. -dije aún en sus brazos.
- Y, ¿para mí no hay nada? -preguntó celosa Lorena.
- ¡Claro que sí! ¡Ven aquí! -me soltó despacio, y fue hacia Lorena. Se dieron un fuerte abrazo, y se dirigió de nuevo a mi. Me recorrió con la mirada, y eso me hizo sentirme un poco incómoda.
- Estás más hermosa de lo que te recordaba, Sophie. -me alagó. Yo solo sonreí un poco cortada y añadí:
- Y tú. La verdad, es que estás más... -dudé en decirlo- bueno. -logré decir.
(Christian Beadles 2011)
- Gracias. -me dio un pequeño abrazo.
- Y yo aquí como una pared. -agregó Cassie.
- Ups, lo siento. Christian está es Cassie, nuestra compañera de cuarto.
- Oh, hola Cassie. Yo soy... -le tendió la mano.
- Christian, Christian Beadles. -terminó de decir ella con las babas a punto de caer.
- ¿Cómo lo sabes? -preguntó curioso él.
- Pues, a parte de que Sophie lo acaba de decir, eres uno de los amigos de Justin Bieber. Por eso, sé de tu existencia. -contestó orgullosa, pero al notar una fría mirada por mi parte. Se disculpó.
- Chicas, ¿queréis ir a comer algo? -preguntó Christian cambiando de tema sabiendo que me encontraba un poco incómoda.
- ¡Claro! -dijeron Lorena y Cassie al unísono.
Yo en cambio, me quedé con la mirada perdida, sin saber que decir.
- ¿Estás bien? -me preguntó éste acariciando una de mis mejillas cuando aquellas se hubieron marchado.
- Sí. -mentí, y una pequeña lágrima rodando justo por donde él tenía su mano, lo demostró. Me sentí apenada, pero él con un abrazo cálido me hizo comprender que todo estaría bien. O eso, creía yo...
7 comentarios:
Whoo genial, que estupida la Brittany esa jaja. Publicad pronto, ojala Justin y Sophie se encuentren jeje. Un BESAZO
Queeeeeeee bieeeenn!! me encantaa en seriooo esta super bieeeen :D no tardeis mucho porfaaaaa
Me encanta! ojalá JUST Y SOPHIE SE VUELVAN A VER :)
PRECIOSA
me encantooooo sigue pronto pliiis
besitos =)
Guau!!! está impresionate el capitulo, ojala Sophie y Justin se vuelvan a encontrar... Por favor fans de esta novela, pasense por mi pag y comenten please, no tiene casi nada, solo dos divertido y 3 interesante, ningun comentario, leanla por favor esta buenisima!!! Tank you :) unicasnovdebieber.blogspot.com
No me cae muy bien la Brittany,haha
Estoy deseando que se vuelvan a ver Sophie y Justin,seguro que sera romantico,o eso creo.
Igualmente adoro tu novela :3
Siguiente!<3
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