- ¿Qué haces aquí? -su tono se volvió más frío al igual que su mirada. Cogió una manzana, y se tumbó en uno de los sillones que quedaba libre.
- Pues, he venido a acompañar a una amiga. -mordía la manzana con una mirada desafiante hacia a mi. Un escalofrío me recorrió todo el cuerpo, y no precisamente de placer. ¿Qué rayos le pasaba? ¿Su fama había aumentado tanto como para que se volviera tan gilipollas? Sinceramente, esa mirada nunca la había visto. Nunca me había mirado de esa forma, y me...asustaba.
- Justin, cielo. ¿Podrías ser un poco más educado? -le pidió Pattie. Él no hizo caso y siguió a su bola.
- ¿Para qué? -soltó éste de repente. Dejó la manzana encima de la mesa que se encontraba al lado, y se puso de pie -¿Para que venga de nuevo a poner mi mundo patas arriba, y yo como un idiota deje todo por ella? ¿Para que me vuelva a dejar de nuevo sin una razón coherente, mamá? No, gracias. -me quedé parada por las palabras que acababa de escupir Justin. Algo dentro de mi, comenzó a romperse, pero en el fondo sabía que solo lo decía porque estaba resentido. Si fue mi culpa dejarlo marchar para que él pudiera seguir cumpliendo su sueño, me declaro culpable.
- No te preocupes, Pattie. Será mejor que nos marchemos. Un placer haberos vuelto a ver. -le di un beso en la mejilla a Pattie, y un abrazo a Kenny. Lorena hizo lo mismo. Miré a Justin. Él me sostenía la mirada que se volvía cada vez más fría al contactar con la mía.
- Eso, vete. Es lo mejor que sabes hacer. Huir de las cosas... -susurró.
- Y tú lo mejor que sabes hacer es seguir siendo el mismo gilipollas. -le grité. No iba a consentir que me faltara al respeto. Entiendo su decepción, y su odio hacia mi, pero eso no le permitía tratarme mal, porque no me lo merecía. Salí por la puerta con un paso ligero. Lorena y Cassie se quedaron atónitas ante la escena. Sin embargo, salieron corriendo tras de mí.
- Justin. Vete ahora mismo a pedirle disculpas. -le obligaba Pattie molesta por cómo su hijo me había hablado.
- ¿Yo? ¿Por qué? Es ella la que me acaba de insultar.
- ¡Justin! -gritó molesta la mujer.
- Joder. Está bien. -y así lo hizo. Corrió hasta darnos alcance. Estábamos saliendo al parking donde había aparcado mi coche, y noté un brazo agarrando el mío.
- Espera, Sophie. -me giré y traté de escaparme de su agarre.
- ¿No tuviste suficiente? -se me empañaron los ojos. Justin cambió la mirada que había visto hace unos minutos de intensa a mirarme con ternura.
- Por favor, no llores. Perdóname. -con el dedo pulgar secó mis lágrimas tiernamente.- Soy un tonto. No me imaginé que pudiera volverte a ver... -clavó su mirada en mis labios, y se acercó lentamente.
- Justin, no. -puse mi mano en su pecho, y lo aparté con cuidado. Él pareció entenderlo, así que cambió de tema.
- ¿En qué hotel te estás quedando? -me preguntó.
- En uno de aquí cerca. Está a dos manzanas, más o menos. -le expliqué.
- ¿Es el que está al lado de un Starbucks?
- No sé.. -dudé- la que sabe es Cassie. Todavía no hemos pasado por allí, pero... creo que sí. -recordé que Cassie me había hablado sobre desayunar en un Starbucks que se encontraba cerca del hotel en el que nos alojaríamos. Sin embargo, no estaba muy segura.
- Ya sé cual es. ¿Queréis que os lleve? Yo también me hospedo allí, y no me importa llevaros. -se ofreció amablemente.
- Da igual. Yo he traído mi coche, y puedo conducir perfectamente. A parte, no está muy lejos. Pero... gracias de todas formas. -le sonreí, y me di la media vuelta con la intención de entrar en el coche donde Cassie y Lorena me esperaban impacientes, pero Justin se puso delante de mi.
- Sophie -comenzó- tenemos que hablar de muchas cosas. Por favor, dame dos minutos, no te quitaré más tiempo.
- Justin, no es buena idea.
- Sé que estás con Christian... -agachó la cabeza.
- No lo digo por eso. Lo que pasa es que he conducido desde la universidad hasta aquí, y estoy muy cansada. -me excusé.
- Está bien. Bueno, como nos hospedaremos en el mismo hotel, si quieres después te puedes pasar por mi habitación. Es la 105, y hablamos más tarde.
- Justin...
- Por favor, Sophie. Creo que me lo debes. Por favor. -me suplicó. Dios, esa carita y esos ojitos de cachorrito podían conmigo.
- Intentaré pasarme cuando estén las chicas durmiendo, si es que yo no me quedo frita. No te prometo nada.
- Gracias. -besó una de mis manos como todo un caballero, y se marchó para reunirse con los demás.
Al entrar en el coche, Lorena y Cassie me estuvieron haciendo preguntas. No paraban, así que, no les comenté nada sobre lo que hablamos Justin y yo. Al llegar al hotel, cogimos la llave de la habitación y nos acomodamos. Nos pusimos los pijamas, y ellas se metieron en la cama mientras yo me cepillaba los dientes. Al salir del baño, las dos dormían profundamente. Yo no sabía que hacer. ¿Ir o no ir? Esa era la cuestión. Miré el reloj "11.23pm" ¿Será muy tarde? Me pregunté a mi misma. Salí al pasillo, y no había nadie. Sin embargo, las luces estaban encendidas. Bajé lentamente las escaleras hasta llegar al pasillo donde supuestamente se encontraba la habitación de Justin. Con un pijama muy mono, descalza y con el pelo revuelto, toqué sin hacer mucho ruido en la habitación 105. Inspiré profundamente. Nadie me habría. Volví a intentarlo. Esperé antes de volver a tocar, y se abrió la puerta. Me quedé con la boca abierta por la imagen que tenía frente a mi. Justin con el pelo alborotado, los ojos medio cerrados y... solo en boxers.
- Sophie -su voz sonaba como sorprendida. -No pensé que vendrías. -se estregó un poco los ojos, y soltó un leve bostezo.
- Últimamente piensas mucho, y no das ni una. -soltó una pequeña risa. -Si quieres podemos hablar mañana. Te ves cansado.
- No, no. Pasa. -abrió un poco más la puerta para que pudiera pasar. Tímidamente, entré y me quedé mirando su habitación. Él se tumbó de nuevo en la cama revuelta.
- Te puedes sentar, si quieres. -se tapó un poco hasta el pecho.
- No, da igual. Estoy bien así.
- Sophie, por favor. Ven aquí y siéntate. No te voy a hacer nada malo. -se rodó un poco para hacerme sitio. Le hice caso y me senté al lado suyo en la cama.
- Bueno... ¿de qué querías hablar? -le pregunté.
- De nosotros.
- No, Justin. Ya no hay nosotros. No te confundas. -le expliqué. Me volví a poner de pie, un poco incómoda y nerviosa, sobre todo.
- Siempre habrá un nosotros, Sophie. El verdadero amor nunca se olvida. -me contestó. Comencé a andar por la habitación nerviosa con los brazos cruzados.
- Justin. Yo estoy con Christian y tú con... la rubia esa. -me eché el pelo para atrás, nerviosa. Él se levantó.
- Si estoy con ella, es porque tú me dejaste. He pasado más de un año sin saber de ti, Sophie. -me cogió mis manos y las rodeó con las suyas.
-Lo sé. Por eso, ya no hay marcha atrás. ¿Sabes qué? No debería haber venido. -solté sus manos, y me encaminé hacia la puerta. Justin me cogió por la cintura, y me obligó a mirarlo contra él.
- Dime que ya no sientes nada por mi, y que todo se acabó. Dímelo y no insistiré más.
- Yo... -me estrechó más contra su abdomen desnudo.
- Dímelo, Sophie. -me susurró.
- N-no.. -tartamudée. ¿Qué debía hacer? ¿Decirle una mentira? -no puedo.. -terminé la frase.
- Me lo imaginaba. -con una sonrisa de picardía, capturó mis labios desesperadamente.
Me llevó hasta la pared, y quedé atrapada por ésta y por su cuerpo. Agarró mi culo, y me elevó. Rodeé mis piernas por su cintura. Aún contra la pared, y conmigo en peso, Justin dejó mis labios y comenzó a besarme el cuello. Eché mi cabeza un poco para atrás hasta donde la pared me dejaba, y pequeños gemidos escapaban de mi boca.
- Sophie... -dijo con la respiración entre cortada en mi cuello - te necesito... -terminó como pudo la frase y fue en busca de mis labios de nuevo. Nuestras lenguas deseosas, no paraban de juguetear. Dejamos la pared atrás, y me llevó hasta la cama. Me recostó despacio y se puso encima mío. Volvió a mi cuello con unos besos lentos. Me quitó la camisa, y quedé en sujetador. Aunque, éste desapareció al poco tiempo.
- Justin... -lo llamé. -Justin, para. -lo miré a los ojos.
- Perdona. No debí, lo siento. -intentó apartarse pero no lo dejé.
- Justin. -se me hizo un nudo en la garganta. Lo que iba a decir cambiaría todo. Cambiaría la relación entre él y yo. Aclaré mi garganta y lo solté - soy virgen. -él se quedó pálido, y sus ojos se iluminaron.
- Entiendo. No te preocupes. Esperaré...
- No. No quiero esperar más. Puede que mañana me arrepienta, pero te amo, Justin. Nunca he dejado de hacerlo por más que he intentado olvidarte. Quizás, no tengamos otra oportunidad como esta. Siempre he dicho que la primera vez sería con alguien a la que verdaderamente quiero. Y... ese eres tú, Justin. -una sonrisa apareció en su rostro.
- Yo también te amo, princesa. Por favor, no lo dudes nunca. Te amo, te amo, te amo. -apoyó su frente en la mía. Ya nada importaba. En ese momento éramos él y yo. -Haré todo lo que pueda para que esto sea mágico para ti. Lo haré con cuidado, princesa. ¿Estás preparada para esto?
Asentí con la cabeza. Estaba más que preparada. Lo quería y él me quería. Era una razón más que suficiente para querer hacerlo. Tal vez, a la mañana siguiente nada cambiaría entre los dos, pero ambos sabíamos lo que nuestros cuerpos pedían a gritos. Ser uno solo.
Buscó mi boca y me besó con lentitud, perfilándome los labios con la puntita de la lengua antes de adentrarse en las profundidades de su boca. Justin descendió sus labios a lo largo de mi cuello. En una leve caricia, un gemido escapó de mis labios cuando Justin capturó uno de mis pezones y los mordisqueó antes de lamerlos. Curvé mi espalda y me retorcí en el colchón por el placer que me recorría de pies a cabeza. Mis piernas se separaban como por arte de magia, cada vez más. Justin deslizó su mano para deshacerse de mis pantalones y de mis braguitas. Un gritito se escapó de mi garganta cuando Justin abarcó mi sexo con la palma de la mano, mientras continuaba lamiendo uno de mis pezones erectos y un poco hinchados. Alcé mi cadera pisando el colchón, cuando Justin separó los pliegues de mi sexo y se adentró en él con un dedo. Comenzó a moverlo lentamente, mientras yo me moría de placer. Me costaba respirar con normalidad. Mis manos estaban sujetas contra la cama, agarradas por las manos de Justin sin brusquedad. Mi cuerpo ardiente se movía sin cesar. Luego, introdujo otro dedo dentro de mí. Gemí. Ya no aguantaba más la espera y eso no fue todo. Sin que me diera cuenta, sus manos ya no sujetaban las mías. Justin dejó una hilera de besos sobre mi vientre mientras descendía y se colocaba en mis piernas. ¿Qué pretendía hacer? Contuve el aliento. Hasta que él separó mis pliegues y pasó su lengua de arriba hacia abajo. Otro gritito resonó en la habitación, seguidos de los gemidos que llegaron cuando él aumentó la presión de su lengua, insistiendo en mi clítoris, mientras seguía moviendo sus dos dedos, ya en mi, en círculos. Me aferré a las sábanas, y de vez en cuando me mordía el labio por no gritar y que todo el hotel supiera lo que estábamos haciendo. Mis caderas se mecían de arriba hacia abajo inquietas. Lo llamé, mientras el orgasmo se apoderaba de mi cuerpo. Mis ojos permanecía cerrados, y mis caderas se movían empujando la boca de Justin. Cuando al fin cesó, caí sobre el colchón y suspiré con fuerza.
Justin se arrodilló delante de mi, y me acarició la parte interna de los muslos. Lo agarré del cuello, y cambiamos de posición. Ahora, él iba a ser quien me suplicara que parase. Aún con sus boxers puesto, y yo sin ropa. Me senté sobre su erección, y me froté contra él haciendo que éste perdiera la cabeza. Me mordí el labio inferior mientras jugueteaba con la punta de los boxers.
- Princesa... -cerró los ojos, y no pudo terminar la frase, porque había liberado su erección. Arrojé los boxers hacia un lado. Mis manos se encontraban alrededor de su entrepierna. Las subía y bajaba, mientras él jadeaba.
- Me voy a co... -aparté mis manos, y reí. -No puedo esperar más -dijo sometido al placer que le había ofrecido segundos antes. -¿Lista?
- Hazlo, ya. Por favor. -le pedí.
Él se situó y se puso el preservativo, y antes de que pudiera pensar en nada, un gritó resonó en la habitación en el momento en el que me penetró. Varias lágrimas recorrieron mi rostro, pero Justin se encargó de limpiarlas con unos besos tiernos. Salió de mi, y me miró preocupado.
- ¿Te he hecho daño?
- No. -negué con la cabeza- Sigue por favor. -le pedí extasiada por el placer.
Justin abrió más mis piernas para tener un mejor acceso. Jadeé. Grité. Mi corazón iba a mil por hora. Comenzó con movimientos lentos, pero luego el dolor se convirtió en placer, y me embestía con más rapidez. Estaba a punto de llegar al primer orgasmo y Justin conmigo. Me penetró con fuerza, y me aferré a sus hombres, mientras me embestía una y otra vez, sin perder el ritmo. Mi sexo palpitó abrazándolo, y un grito salió de nuestras gargantas cuando un segundo orgasmo se apoderó de nosotros. Justin me miró a los ojos antes de alcanzar el climax, y cayó sobre mi cuerpo empadado de sudor, al igual que el suyo. Lo abracé, él aún seguía dentro de mi, y no quería que se fuera.
- Ha sido... -comencé a decir.
- Espectacular... -terminó él con dificultad.
Nos miramos y nos fundimos en un profundo beso.
- Te amo con toda mi alma, Sophie.
- Y yo a ti.
Tras decir esto, salió de mi, y se acostó a mi lado. Me abrazó, y así quedamos profundamente dormidos. Pasara lo que pasara al día siguiente de despertar de este maravilloso sueño, ya nada podría cambiar lo que había pasado entre Justin y yo. Aquella, era una noche mágica y nunca se olvidaría tan fácilmente...
- Pues, he venido a acompañar a una amiga. -mordía la manzana con una mirada desafiante hacia a mi. Un escalofrío me recorrió todo el cuerpo, y no precisamente de placer. ¿Qué rayos le pasaba? ¿Su fama había aumentado tanto como para que se volviera tan gilipollas? Sinceramente, esa mirada nunca la había visto. Nunca me había mirado de esa forma, y me...asustaba.
- Justin, cielo. ¿Podrías ser un poco más educado? -le pidió Pattie. Él no hizo caso y siguió a su bola.
- ¿Para qué? -soltó éste de repente. Dejó la manzana encima de la mesa que se encontraba al lado, y se puso de pie -¿Para que venga de nuevo a poner mi mundo patas arriba, y yo como un idiota deje todo por ella? ¿Para que me vuelva a dejar de nuevo sin una razón coherente, mamá? No, gracias. -me quedé parada por las palabras que acababa de escupir Justin. Algo dentro de mi, comenzó a romperse, pero en el fondo sabía que solo lo decía porque estaba resentido. Si fue mi culpa dejarlo marchar para que él pudiera seguir cumpliendo su sueño, me declaro culpable.
- No te preocupes, Pattie. Será mejor que nos marchemos. Un placer haberos vuelto a ver. -le di un beso en la mejilla a Pattie, y un abrazo a Kenny. Lorena hizo lo mismo. Miré a Justin. Él me sostenía la mirada que se volvía cada vez más fría al contactar con la mía.
- Eso, vete. Es lo mejor que sabes hacer. Huir de las cosas... -susurró.
- Y tú lo mejor que sabes hacer es seguir siendo el mismo gilipollas. -le grité. No iba a consentir que me faltara al respeto. Entiendo su decepción, y su odio hacia mi, pero eso no le permitía tratarme mal, porque no me lo merecía. Salí por la puerta con un paso ligero. Lorena y Cassie se quedaron atónitas ante la escena. Sin embargo, salieron corriendo tras de mí.
- Justin. Vete ahora mismo a pedirle disculpas. -le obligaba Pattie molesta por cómo su hijo me había hablado.
- ¿Yo? ¿Por qué? Es ella la que me acaba de insultar.
- ¡Justin! -gritó molesta la mujer.
- Joder. Está bien. -y así lo hizo. Corrió hasta darnos alcance. Estábamos saliendo al parking donde había aparcado mi coche, y noté un brazo agarrando el mío.
- Espera, Sophie. -me giré y traté de escaparme de su agarre.
- ¿No tuviste suficiente? -se me empañaron los ojos. Justin cambió la mirada que había visto hace unos minutos de intensa a mirarme con ternura.
- Por favor, no llores. Perdóname. -con el dedo pulgar secó mis lágrimas tiernamente.- Soy un tonto. No me imaginé que pudiera volverte a ver... -clavó su mirada en mis labios, y se acercó lentamente.
- Justin, no. -puse mi mano en su pecho, y lo aparté con cuidado. Él pareció entenderlo, así que cambió de tema.
- ¿En qué hotel te estás quedando? -me preguntó.
- En uno de aquí cerca. Está a dos manzanas, más o menos. -le expliqué.
- ¿Es el que está al lado de un Starbucks?
- No sé.. -dudé- la que sabe es Cassie. Todavía no hemos pasado por allí, pero... creo que sí. -recordé que Cassie me había hablado sobre desayunar en un Starbucks que se encontraba cerca del hotel en el que nos alojaríamos. Sin embargo, no estaba muy segura.
- Ya sé cual es. ¿Queréis que os lleve? Yo también me hospedo allí, y no me importa llevaros. -se ofreció amablemente.
- Da igual. Yo he traído mi coche, y puedo conducir perfectamente. A parte, no está muy lejos. Pero... gracias de todas formas. -le sonreí, y me di la media vuelta con la intención de entrar en el coche donde Cassie y Lorena me esperaban impacientes, pero Justin se puso delante de mi.
- Sophie -comenzó- tenemos que hablar de muchas cosas. Por favor, dame dos minutos, no te quitaré más tiempo.
- Justin, no es buena idea.
- Sé que estás con Christian... -agachó la cabeza.
- No lo digo por eso. Lo que pasa es que he conducido desde la universidad hasta aquí, y estoy muy cansada. -me excusé.
- Está bien. Bueno, como nos hospedaremos en el mismo hotel, si quieres después te puedes pasar por mi habitación. Es la 105, y hablamos más tarde.
- Justin...
- Por favor, Sophie. Creo que me lo debes. Por favor. -me suplicó. Dios, esa carita y esos ojitos de cachorrito podían conmigo.
- Intentaré pasarme cuando estén las chicas durmiendo, si es que yo no me quedo frita. No te prometo nada.
- Gracias. -besó una de mis manos como todo un caballero, y se marchó para reunirse con los demás.
Al entrar en el coche, Lorena y Cassie me estuvieron haciendo preguntas. No paraban, así que, no les comenté nada sobre lo que hablamos Justin y yo. Al llegar al hotel, cogimos la llave de la habitación y nos acomodamos. Nos pusimos los pijamas, y ellas se metieron en la cama mientras yo me cepillaba los dientes. Al salir del baño, las dos dormían profundamente. Yo no sabía que hacer. ¿Ir o no ir? Esa era la cuestión. Miré el reloj "11.23pm" ¿Será muy tarde? Me pregunté a mi misma. Salí al pasillo, y no había nadie. Sin embargo, las luces estaban encendidas. Bajé lentamente las escaleras hasta llegar al pasillo donde supuestamente se encontraba la habitación de Justin. Con un pijama muy mono, descalza y con el pelo revuelto, toqué sin hacer mucho ruido en la habitación 105. Inspiré profundamente. Nadie me habría. Volví a intentarlo. Esperé antes de volver a tocar, y se abrió la puerta. Me quedé con la boca abierta por la imagen que tenía frente a mi. Justin con el pelo alborotado, los ojos medio cerrados y... solo en boxers.
- Sophie -su voz sonaba como sorprendida. -No pensé que vendrías. -se estregó un poco los ojos, y soltó un leve bostezo.
- Últimamente piensas mucho, y no das ni una. -soltó una pequeña risa. -Si quieres podemos hablar mañana. Te ves cansado.
- No, no. Pasa. -abrió un poco más la puerta para que pudiera pasar. Tímidamente, entré y me quedé mirando su habitación. Él se tumbó de nuevo en la cama revuelta.
- Te puedes sentar, si quieres. -se tapó un poco hasta el pecho.
- No, da igual. Estoy bien así.
- Sophie, por favor. Ven aquí y siéntate. No te voy a hacer nada malo. -se rodó un poco para hacerme sitio. Le hice caso y me senté al lado suyo en la cama.
- Bueno... ¿de qué querías hablar? -le pregunté.
- De nosotros.
- No, Justin. Ya no hay nosotros. No te confundas. -le expliqué. Me volví a poner de pie, un poco incómoda y nerviosa, sobre todo.
- Siempre habrá un nosotros, Sophie. El verdadero amor nunca se olvida. -me contestó. Comencé a andar por la habitación nerviosa con los brazos cruzados.
- Justin. Yo estoy con Christian y tú con... la rubia esa. -me eché el pelo para atrás, nerviosa. Él se levantó.
- Si estoy con ella, es porque tú me dejaste. He pasado más de un año sin saber de ti, Sophie. -me cogió mis manos y las rodeó con las suyas.
-Lo sé. Por eso, ya no hay marcha atrás. ¿Sabes qué? No debería haber venido. -solté sus manos, y me encaminé hacia la puerta. Justin me cogió por la cintura, y me obligó a mirarlo contra él.
- Dime que ya no sientes nada por mi, y que todo se acabó. Dímelo y no insistiré más.
- Yo... -me estrechó más contra su abdomen desnudo.
- Dímelo, Sophie. -me susurró.
- N-no.. -tartamudée. ¿Qué debía hacer? ¿Decirle una mentira? -no puedo.. -terminé la frase.
- Me lo imaginaba. -con una sonrisa de picardía, capturó mis labios desesperadamente.
Me llevó hasta la pared, y quedé atrapada por ésta y por su cuerpo. Agarró mi culo, y me elevó. Rodeé mis piernas por su cintura. Aún contra la pared, y conmigo en peso, Justin dejó mis labios y comenzó a besarme el cuello. Eché mi cabeza un poco para atrás hasta donde la pared me dejaba, y pequeños gemidos escapaban de mi boca.
- Sophie... -dijo con la respiración entre cortada en mi cuello - te necesito... -terminó como pudo la frase y fue en busca de mis labios de nuevo. Nuestras lenguas deseosas, no paraban de juguetear. Dejamos la pared atrás, y me llevó hasta la cama. Me recostó despacio y se puso encima mío. Volvió a mi cuello con unos besos lentos. Me quitó la camisa, y quedé en sujetador. Aunque, éste desapareció al poco tiempo.
- Justin... -lo llamé. -Justin, para. -lo miré a los ojos.
- Perdona. No debí, lo siento. -intentó apartarse pero no lo dejé.
- Justin. -se me hizo un nudo en la garganta. Lo que iba a decir cambiaría todo. Cambiaría la relación entre él y yo. Aclaré mi garganta y lo solté - soy virgen. -él se quedó pálido, y sus ojos se iluminaron.
- Entiendo. No te preocupes. Esperaré...
- No. No quiero esperar más. Puede que mañana me arrepienta, pero te amo, Justin. Nunca he dejado de hacerlo por más que he intentado olvidarte. Quizás, no tengamos otra oportunidad como esta. Siempre he dicho que la primera vez sería con alguien a la que verdaderamente quiero. Y... ese eres tú, Justin. -una sonrisa apareció en su rostro.
- Yo también te amo, princesa. Por favor, no lo dudes nunca. Te amo, te amo, te amo. -apoyó su frente en la mía. Ya nada importaba. En ese momento éramos él y yo. -Haré todo lo que pueda para que esto sea mágico para ti. Lo haré con cuidado, princesa. ¿Estás preparada para esto?
Asentí con la cabeza. Estaba más que preparada. Lo quería y él me quería. Era una razón más que suficiente para querer hacerlo. Tal vez, a la mañana siguiente nada cambiaría entre los dos, pero ambos sabíamos lo que nuestros cuerpos pedían a gritos. Ser uno solo.
Buscó mi boca y me besó con lentitud, perfilándome los labios con la puntita de la lengua antes de adentrarse en las profundidades de su boca. Justin descendió sus labios a lo largo de mi cuello. En una leve caricia, un gemido escapó de mis labios cuando Justin capturó uno de mis pezones y los mordisqueó antes de lamerlos. Curvé mi espalda y me retorcí en el colchón por el placer que me recorría de pies a cabeza. Mis piernas se separaban como por arte de magia, cada vez más. Justin deslizó su mano para deshacerse de mis pantalones y de mis braguitas. Un gritito se escapó de mi garganta cuando Justin abarcó mi sexo con la palma de la mano, mientras continuaba lamiendo uno de mis pezones erectos y un poco hinchados. Alcé mi cadera pisando el colchón, cuando Justin separó los pliegues de mi sexo y se adentró en él con un dedo. Comenzó a moverlo lentamente, mientras yo me moría de placer. Me costaba respirar con normalidad. Mis manos estaban sujetas contra la cama, agarradas por las manos de Justin sin brusquedad. Mi cuerpo ardiente se movía sin cesar. Luego, introdujo otro dedo dentro de mí. Gemí. Ya no aguantaba más la espera y eso no fue todo. Sin que me diera cuenta, sus manos ya no sujetaban las mías. Justin dejó una hilera de besos sobre mi vientre mientras descendía y se colocaba en mis piernas. ¿Qué pretendía hacer? Contuve el aliento. Hasta que él separó mis pliegues y pasó su lengua de arriba hacia abajo. Otro gritito resonó en la habitación, seguidos de los gemidos que llegaron cuando él aumentó la presión de su lengua, insistiendo en mi clítoris, mientras seguía moviendo sus dos dedos, ya en mi, en círculos. Me aferré a las sábanas, y de vez en cuando me mordía el labio por no gritar y que todo el hotel supiera lo que estábamos haciendo. Mis caderas se mecían de arriba hacia abajo inquietas. Lo llamé, mientras el orgasmo se apoderaba de mi cuerpo. Mis ojos permanecía cerrados, y mis caderas se movían empujando la boca de Justin. Cuando al fin cesó, caí sobre el colchón y suspiré con fuerza.
Justin se arrodilló delante de mi, y me acarició la parte interna de los muslos. Lo agarré del cuello, y cambiamos de posición. Ahora, él iba a ser quien me suplicara que parase. Aún con sus boxers puesto, y yo sin ropa. Me senté sobre su erección, y me froté contra él haciendo que éste perdiera la cabeza. Me mordí el labio inferior mientras jugueteaba con la punta de los boxers.
- Princesa... -cerró los ojos, y no pudo terminar la frase, porque había liberado su erección. Arrojé los boxers hacia un lado. Mis manos se encontraban alrededor de su entrepierna. Las subía y bajaba, mientras él jadeaba.
- Me voy a co... -aparté mis manos, y reí. -No puedo esperar más -dijo sometido al placer que le había ofrecido segundos antes. -¿Lista?
- Hazlo, ya. Por favor. -le pedí.
Él se situó y se puso el preservativo, y antes de que pudiera pensar en nada, un gritó resonó en la habitación en el momento en el que me penetró. Varias lágrimas recorrieron mi rostro, pero Justin se encargó de limpiarlas con unos besos tiernos. Salió de mi, y me miró preocupado.
- ¿Te he hecho daño?
- No. -negué con la cabeza- Sigue por favor. -le pedí extasiada por el placer.
Justin abrió más mis piernas para tener un mejor acceso. Jadeé. Grité. Mi corazón iba a mil por hora. Comenzó con movimientos lentos, pero luego el dolor se convirtió en placer, y me embestía con más rapidez. Estaba a punto de llegar al primer orgasmo y Justin conmigo. Me penetró con fuerza, y me aferré a sus hombres, mientras me embestía una y otra vez, sin perder el ritmo. Mi sexo palpitó abrazándolo, y un grito salió de nuestras gargantas cuando un segundo orgasmo se apoderó de nosotros. Justin me miró a los ojos antes de alcanzar el climax, y cayó sobre mi cuerpo empadado de sudor, al igual que el suyo. Lo abracé, él aún seguía dentro de mi, y no quería que se fuera.
- Ha sido... -comencé a decir.
- Espectacular... -terminó él con dificultad.
Nos miramos y nos fundimos en un profundo beso.
- Te amo con toda mi alma, Sophie.
- Y yo a ti.
Tras decir esto, salió de mi, y se acostó a mi lado. Me abrazó, y así quedamos profundamente dormidos. Pasara lo que pasara al día siguiente de despertar de este maravilloso sueño, ya nada podría cambiar lo que había pasado entre Justin y yo. Aquella, era una noche mágica y nunca se olvidaría tan fácilmente...
11 comentarios:
¡WOW!Dios mío. Me ha... no tengo ninguna palabra que haga referencia de lo mucho que me ha gustado.
Es que ha sido tan IMPRESIONANTE. Dios no me lo puedo creer. ¿Como lo describes tan bien? ¿Has experimentado esto, o qué?
Bueno, un beso y por favor PUBLICA PRONTO.
Yo también tengo una novela, y es de Justin Bieber y tú.
tuhistoriaconjb.blogspot.com
Un poco porno jajajaja pero a estado precioso :´) SEGUIIIIIIIIIIIIID!! La mejor novela...con mucha diferencia!
Enhorabuena chicas!!:)
(K)
Dios mio,ha sido uno de los mejores capítulos que habéis escrito.
Es increíble.¡Estoy sin palabras!
Espero con locura el siguiente capítulo.<3
OMG no hay palabras para describirlo a sido precioso!! pro no me dejeis con la intriga T.T
sube prontooooo (L)
pordiopordiopordiopordiopordio, me he quedado sin palabras pornografia pura vamos, quiero otro ya y saber que mas pasaaa por favor subirrr yaaa
Me encantaa este capitulo. Estoy de acuerdo con tigo . Es el mejor cáp que he leído no solo de tu novela, sino de todas las novelas leídas hasta ahora :) estuve e otro día hablando cn tigo por twitter recuerdas? Pasate! Un beso chicass
nosee como lo haceeees pero escribeees geniaal
lo describees de una manera k parece k lo sienteees jajjaja
me a encantado
seguime en http://simplementeilusinoes.blogspot.com/
Dios sañdlkañlsdkaslñdk Bieeebeer fooollaaammeee okno e.è Me encanta, lo sabeis:') la sigo dessdee el primer capitulo, y hace mas de un año que la hicisteis! aunque no pueda comentar mucho, esta es la unica novela de Justin que he leido en los 2 años que llevo de Belieber, y esque, ha sido la unica que me ha enganchado, *-* me da mucha muchhisima pena que se este acabando TT no quiero, pero bueno.. vv' SEGUUIIDLAA <3 y os entiendo si no teneis tiempo:)
premiooo enn mi blooog :)
Diooooooooos sigueinte (L)
Uau este capítulo fue ... Espectacualr como dijo Justin jajaja
que fuerte , parece que se vive y todo WOW que fuerte :O
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