domingo, 10 de julio de 2011

Capítulo 43 - "Un día diferente, especial, inolvidable" (1ª PARTE)

(Esta parte es contada por Justin) 


Me desperté, y me moví entre las sábanas haciendo que mis ojos se fueran directamente a la ventana. Aún el sol no había despertado, no había ni un rayo, mas el cielo estaba despejado. Me acerqué hasta la ventana y corrí un poco la cortina intentando no despertar a Ryan. Miré hacia el mar, hacia la línea del horizonte que se divisaba desde el sitio en el que me encontraba de pie.   Con una mano en la cortina y otra en la ventana, mientras mis ojos aún seguían clavados en el precioso mar, pensaba en todo lo que iba a extrañar a Sophie al volver a separarme de ella. Hoy era el último día que tendría para poder estar con la chica a la que más amo y deseo en este mundo. Mañana sería nuestra despedida, una despedida triste, con sentimientos, con todo lo que tenemos, pero que no se ve, se demuestra. No quería dejarla, haría lo que fuera por ella, pero mi vida es así de complicada, y tengo que hacer demasiados esfuerzos. Quiero volver con fuerzas a mi gira, que todo el mundo vea que amo a mis fans, y que los aprecio mucho. 
Oí como Ryan se movía y soltaba un suspiro. Me giré y lo vi abriendo los ojos, un poco escandilado. No sé de que, pero como él es muy raro... Mejor dejarlo así. 
- Hey, tío, ¿qué haces despierto a estas horas? -preguntó con una voz baja, casi en un susurro.
- No puedo dormir más. Necesito estar con Sophie ya, y aprovechar cada segundo, cada minuto... 
- Vale, tío, lo he pillado... -me interrumpió soltando una carcajada. - Te pones demasiado dramático. -se tumbó en la cama, y dirigió su vista hacia el techo de la habitación. -Pero.. te entiendo, porque yo estoy igual. ¿Crees que nos pasará otra vez lo mismo? -me preguntó. Esta vez, mirándome. 
- Espero que no. No me puedo permitir perderla otra vez. Esta vez, no. -volví a observar el mar. 
- Lo sé. Si las perdemos ahora sería como... 
- Como si el mundo se acabara... -terminé su frase. Ryan al escucharlo, soltó una carcajada de nuevo y me lanzó un cojín. 
- Por cierto, ¿hoy haremos algo especial, verdad? -me preguntó después de que yo le hubiera lanzado el cojín que me había tirado. 
- Sí, tengo algo en mente, pero me tienes que ayudar. -le dije mientras me acercaba a él. 
Le empecé a contar lo que tenía en mente para las chicas, en lo que él iba aportando ideas nuevas. 
- Esta noche, va a ser muy especial. -dijo Ryan, levantandose muy emocionado.
- Ni que lo digas. Venga, vamos a hablar con Elena. -le dije mientras abría la puerta con cuidado para no hacer ruido. 
Llegamos a la cocina donde estaban los padres de Sophie. Debido a que esta semana habíamos convivido juntos, teníamos más trato con ellos. Elena, la madre de Sophie, es una persona increíble, se parece a mi madre mucho en ese aspecto. Hablando de ella, la he llamado varias veces, y la echo muchísimo de menos. Al igual que a Scooter, a Kenny, y también a mi padre y a mis hermanos. Algún día, Sophie los conocería y no podía esperar más para que ese momento llegara. Llevamos meses juntos y me encantaría que conociera a toda mi familia, porque sé que esto va a durar mucho tiempo más. 
- Buenos días, señora. -saludó Ryan con una sonrisa.
- Buenos días, chicos. -nos saludó ella con una sonrisa de vuelta hacia los dos. 
- ¿Qué tal, chicos? ¿Cómo habéis dormido? -nos preguntó Paul. 
- Bien, como siempre, señor. -le contesté un poco tímido, pues le tenía mucho respeto. 
- Me alegro. Me da mucha pena de que mañana os tengáis que ir. Por cierto, cariño -se dirigió a Elena, quien estaba preparando las tostadas. -¿Los llevas tú o los llevo yo? 
- No se preocupe por eso, señor. Cogeremos un taxi, de verdad ya han sido suficientes molestias -le respondí. 
- ¿Molestias? Para nada, hijo. Os llevaremos, y no hay más que hablar. -nos dijo con una sonrisa, mientras se levantaba de la silla en la que se encontraba sentado, y me ponía una mano en el hombro. -Os veo luego. Portaos bien. 
- Hasta luego, señor. -le dijimos con un gesto de despedida. 
- ¿Queréis desayunar? -preguntó Elena -¿Y las niñas? No quiero que se vuelvan a quedar dormidas. 
- Ya las voy a despertar yo, Elena. No se preocupe. -se ofreció Ryan. 
- Gracias, cielo. -me miró -¿Quieres desayunar, Jus? -me preguntó. 
- Verá, Elena. Ryan y yo, nos preguntábamos si... -tragué saliva.
- ¿Si...? -sonrió. 
- Si Sophie y Lorena podrían faltar a clase -me miró con cara dudosa -pero, solo por hoy... -me retracté. 
- Justin, sé que va a ser muy difícil para vosotros estar separados durante un cierto tiempo, pero... es que, quiero que mis hijas tengan su vida normal, y eso incluye, tener que ir al colegio. Dentro de poco empezarán los exámenes y quiero que vayan bien en las asignaturas, no sé si me entiendes... 
- Por supuesto, que sí, señora. Lo entiendo perfectamente. -le sonreí  intentando esconder la tristeza que se había declarado en mí por haber oído aquellas palabras. -Aunque sea, ¿podríamos llevarlas a desayunar a alguna cafetería de por aquí? -pregunté amablemente.
- Eso me parece mejor idea. -me contestó. 
- Buenos días. -apareció Sophie por la puerta de la cocina, con una sonrisa, que era mi perdición, mi vida. Tan solo pensar en que estaría sin ver esa preciosa y dulce sonrisa durante semanas, me ponía los pelos de punta. 
- Buenos días, princesa -me acerqué hasta ella, y le di un pequeño beso en la mejilla. Se sonrojó. 
- Buenos días, mamá. -se acercó hasta ella y le dio un abrazo corto. 
- Buenos días, cariño. -le correspondió el abrazo. 
En ese momento, apareció Lorena abrazada a Ryan. 
- Hola, mamá. -se acercó, dejando a Ryan a mi lado. 
- Hola, nena. -le dio un beso en la frente, y siguió limpiando los platos que le quedaban en el fregadero. 
- ¡Qué hambre! -se quejó Lorena. 
- Pues, llegáis tarde. No he preparado nada para desayunar. -mintió Elena. 
- Pero, pero.. ¿por qué? -le preguntó su hija Lorena haciendo pucheros. 
Reímos. 
- ¿Estos dos se comieron todo, verdad? -preguntó Lorena, dramatizando y un poco molesta, pero de broma. 
- ¡No! -le dijimos Ryan y yo con una mirada atravesada. 
- Oye, Bieber, no te pases. -Lorena se acercó a mi y me pegó un pequeño puñetazo en el hombro, jugando. 
- Auu -me quejé -Eso, duele, Lore.. -hice pucheros yo también.
- ¿No tienes fuerza, eh, amor? -me preguntó Sophie. 
Elena no aguantaba la risa, pues nos comportábamos comos unos niños, pero al menos disfrutaba de nuestra compañía. 
- Y, ¿por qué no váis a desayunar a la cafetería esa que tanto os gusta, chicas? -consiguió decir Elena. 
Le sonreí, dulcemente. 
- ¿Al Starbucks? -preguntó Sophie. 
- Sí, sí, sí, venga, por fa, chicos.. -suplicó Lorena, agarrando del brazo a Ryan y con ojos de cachorrito. 
- Hola, Bella. -dijo Sophie de repente, mientras la cogía. -¿Cómo estás, peque? -Todos miramos a Bella, y le hacíamos gestos cariñosos, y al parecer, le encantaban. 
- Está bien -dijo Ryan por fín, después de que Lorena le estuviera insistiendo. Lorena me miró  con cara de pena, y como había sido mi idea, acepté.  
- Va, venga. Nos vemos aquí en 10 minutos, ¿vale? 
- ¡Bien! -gritó Lorena, quien enseguida subió a cambiarse. 
- Será mejor que nosotros también nos vayamos a vestir. -nos dijo Sophie. 
- Vamos, Bella. -le dije a la pequeña perrita, al acercarme hacia Sophie y hacia ella, para que viniera conmigo. 
- ¿Te han dicho alguna vez que por las mañanas te ves más hermosa que nunca? -le pregunté a Sophie de una forma muy coqueta. 
- Calla, tonto, y dame un beso. -accedí y la cogí por la cintura haciendo que su cuerpo quedara pegado al mío. Le acaricié el rostro, y le di un beso en aquellos labios que para mí, eran como estar en otra dimensión.
Tras aquel beso, terminamos de subir las escaleras, y cada uno se fue a sus respectivas habitaciones. 
Cuando llegué a la mía, Ryan ya se había puesto los pantalones. Cerré la puerta, y me quedé mirando sus pantalones fijamente. 
- ¿Qué? -rió. 
- ¿Esos pantalones no son míos? -lo fulminé con la mirada y se miró al espejo.
- Ostras, lo siento, no me di cuenta. -se disculpó, y comenzó a desabrochárselos. 
- Da igual. A parte, te quedan muy sexy -le dije con una voz femenina y picarona. 
Soltó una carcajada, y yo igual. 


Yo me puse esto: 


Ryan optó por quedarse mis pantalones vaqueros, y ponerse una camisa de cuadros azul. 


Me peiné un poco con los dedos, Ryan se echó un poco de gomina, y salimos de la habitación.


Al bajar, las chicas no estaban allí, así que decidimos esperarlas en el sofá. 
Elena, tenía que ir a trabajar, mas se sentó con nosotros para charlar en lo que ellas bajaban. 
- ¡Ya estamos! -oímos la voz de Lorena detrás de nosotros. Nos levantamos y fuimos hacia la puerta. 


Sophie iba muy guapa (como siempre): 




- Esperad, que tenemos que coger las maletas para clase, y eso. -nos dijo Sophie.
- ¿Sabéis qué, chicas? Hoy mejor que no vayáis a clase. Ya tendréis tiempo para ir, pero bueno, estos días son especiales, ¿verdad, Justin? -al oír lo que Elena acababa de decir, se me dibujó una gran sonrisa.
- Sí, Elena. -miré a Sophie quien estaba sorprendida al igual que Lorena, y vi que también una sonrisa había aparecido en su precioso rostro. 
- ¡Guay! -dijo Lorena muy exaltada. 
Reímos. 
- Portaos, bien, chicos. Os veo, luego que me tengo que ir a trabajar. -nos dijo Elena. 
- Os lo merecéis. -me susurró. 
- Gracias. -le dije. 
Salimos de casa de camino a la cafetería. Sophie estaba un poco callada, aunque ya sabía por qué razón estaba así, mas nada iba a impedir que hoy fuera un día especial.
Llegamos al Starbucks y nos sentamos en los cómodos sillones. Cada uno se pidió lo suyo, lo pagamos, y comenzamos a charlar. Sophie estaba a mi lado así que, tenía mi brazo por encima de sus hombros. De vez en cuando, me miraba y nos dábamos pequeños besos. Entre risas y tonterías, se nos pasó la noción del tiempo. 
- Chicas, ¿os venís de compras con nosotros? -preguntó Ryan aprovechando un momento de silencio que hubo. 
- Pero... no hemos traído dinero. -contestó Sophie. 
- Nosotros invitamos. 
- ¿Qué? Ni hablar. -dijo Sophie negando con la cabeza.
- Venga, amor. No seas así, por favor, permíteme que pague lo tuyo. -le dije acariciando su mejilla izquierda, con la llema de mi dedo pulgar. 
- Pero, Just.... -puse uno de mis dedos sobre sus labios haciendo que éstos callaran. 
- No hay peros que valgan. -le sonreí y le di un beso. 


                                                       CONTINUARÁ... 

2 comentarios:

«Snoui» dijo...

Sigue,Sigue,Sigue... me encantaa, esta genial pero me da muxa pena qe jsutin se valla.
Bueno no tardes mucho en escribir.
Besos ^^

LuciaYandelaJB dijo...

Me encantaa!! :D (L).(L) SEGUIIID CHICAS!! :) (L)