miércoles, 22 de junio de 2011

Capítulo 40- "En la playa" (2ª Parte)

Caminamos un poco más hasta dejar a lo lejos a Ryan y a Lorena. Justin se paró en seco y me miró entrelazando mis dedos con los suyos, haciendo que nuestras miradas se encontraran.
- ¿Entonces? ¿De qué quieres hablar? –pregunté mordiéndome el labio inferior.
- Te dije que si hacías eso de nuevo, no me podría controlar. –contestó con una sonrisa picarona.
- Lo sé, por eso lo hago. –le guiñé un ojo.
- Mira que eres mala. –dijo pegando mi cuerpo contra el suyo, y pasando su mano derecha por mi espalda, mientras que la otra rodeaba mi cuello.
Me fue a dar un beso, pero no dejé que lo hiciera. Puse mi mano en su pecho, y lo paré.
- ¿Estás bien? –preguntó extrañado.
- Más que bien, señorito Bieber, pero me temo que… -me mordí el labio inferior y me eché a correr. Justin me siguió.
- ¡Hey, monada! ¿A dónde vas? –empezó a correr detrás de mí, riendo. Yo hacía lo mismo. Miré para detrás a ver si me iba a alcanzar pero por no mirar al frente, me tropecé.
Justin se tumbó al lado mío, y quedamos los dos mirando hacia el cielo, mientras reíamos.
- ¿Te gusta hacerme correr, eh? –preguntó con la respiración entre cortada, y dejando a tras la vista del cielo, y mirándome a los ojos.
- Me gusta hacerte tantas cosas… -le contesté en un tono sensual.
- Odio, cuando me hablas en ese tono y pones esa carita. Es que, simplemente eres sexy. Y me haces perder el control.
- ¿De verdad? –pregunté con ironía. – Y… ¿esto? –le volví a preguntar con una mirada juguetona, cuando me puse encima de él. Con el bañador que llevaba puesto, se le notaba su erección. Yo como tenía un bikini que tan solo es tela, lo noté.
- Creo que esto me va gustando cada vez más –sonrió. Acarició mi espalda y me apretó contra su cuerpo, haciendo que quedáramos nariz contra nariz.
Mordió mi labio inferior muy tiernamente, pero a la vez muy sensual. Hizo un movimiento con el que consiguió rodar y  ponerse encima de mí. Me acarició el rostro, y me susurró un: - “Te quiero” seguido de un beso apasionado.
Buscó mi lengua. Yo hacía otro tanto. Las dos lenguas jugaban al compás de nuestros labios. Mis manos arroparon su espalda haciendo que él se estremeciera al sentir el contacto de las llamas de mis dedos rozándolo. Dejó mis labios atrás, y comenzó a besarme en el cuello, despacio. Al sentir sus labios en mi cuello, me entró en el cuerpo una oleada de placer. Cerré mis ojos, y me dejé llevar. Hasta que supe que esto iría a más.
- Justin… para… -le pedí aún con éste besando mi cuello.
- No…-continuó.
- Por favor, Justin. –dije empujándolo.
- ¿Se puede saber qué pasa? –me preguntó en un tono no muy alto pero un poco subidito.
- Justin, no tenemos protección. Tú eres el primero que lo dice. A parte, este no es el lugar indicado. –me levanté y me sacudí la arena que tenía en las piernas. Estaba molesta, por el tono en el que Justin me había hablado. – Será mejor que nos vayamos. –le dije fría.
- Dios, Sophie, lo siento. –se levantó y me agarró del brazo.
- Quiero irme, ¿me dejas? –me solté, pero volvió a cogerme.
- Sophie, perdón. Por favor, perdóname. En serio, me dejé llevar. Me olvidé de todo. En lo único que estaba pensando era en ti, y en lo bien que estamos cuando nos encontramos en una situación así.
- No tienes excusas, Justin. Ahora por favor, quiero irme.
- Sophie, ¡hey! Espera. –corrió hasta llegar de nuevo a mi.
- ¿Qué? –lo miré a los ojos.
- Perdón.
- Está bien, perdonado. –le besé en la mejilla y seguí caminando.
- Sé que sigues enfadada. –me contestó, mientras seguíamos andando.
- No, Justin. No estoy enfadada, ¿vale? –me paré.
- No te creo. Está bien, ya no te agobio más. –siguió caminando, dejándome atrás.
- ¿Ahora soy yo la que tiene que ir detrás de ti? -lo alcancé y le agarré de la mano.
Me miró.
- Lo siento, por ponerme así. Yo también quería continuar pero tal vez, me puse un poco nerviosa. Vale, MUY nerviosa. ¿Olvidemos esto, vale? Soy una tonta por echarte solo la culpa a ti. –bajé la cabeza.
- ¡Claro que no, princesa! Esto es señal de AMOR. Nos queremos, y eso es lo único que importa. Ya tendremos tiempo para continuar con esto, más adelante.
- Tienes razón. No hay prisas. –nos besamos y se me olvidó lo ocurrido hace a penas, unos minutos.
Llegamos hasta donde se encontraban Lorena y Ryan. Muy acaramelados.
- ¡Ejem! –interrumpió Justin. Reí.
Ryan y Lorena nos miraron.
- ¿Molesta, verdad, amigo? –le preguntó Justin a Ryan.
- Vale. Ya capto la indirecta. –dijo Ryan tirándole una pelota.
- ¿Vamos a jugar? –nos preguntaron.
- Venga, va. –accedimos.
Comenzamos a jugar por equipos. Lorena, y yo contra Ryan y Justin. Eran unos tramposos de mucho cuidado. Siempre que teníamos nosotras la pelota, venían y nos la quitaban haciéndonos cosquillas o cargándonos comos dos sacos de patatas en sus hombros. Lorena y yo no parábamos de reír. Una de las veces, Ryan le hizo como una especie de placaje a Lorena haciendo que ésta cayera en la arena. Ella se quiso vengar, por lo tanto cogió arena de la orilla, y se la tiró. Se escondió detrás de mí, para que no le llegara la bola que Ryan tenía en una de sus manos, la cual estaba dispuesta a tirar contra Lorena, pero estaba yo delante.
- Ni se te ocurra. –lo señalé con el dedo.
- Tu hermana o tú. Decide. –me desafió.
- Baja tu arma, forastero. –dijo Justin, quien estaba a unos cuantos pasos de Ryan.
Ryan comenzó a reír, y se le cayó la bola de arena que tenía entre sus manos.   
- ¡Ajá! –gritó Justin. – Eres todo mío. –levantó las cejas, y se acercó a Ryan.
- ¡Al ataque! –gritaron ambos. Corrieron hacia nosotras, cogiéndonos en peso y llevándonos hacia el agua.
- ¡Suéltame! –gritaba Lorena, quien no paraba de patalear.
Parecíamos cuatro niños chicos, pero nos lo estábamos pasando súper bien.
- Vale, vale, nos rendimos. –dijimos Lorena y yo al ver que habíamos llegado al agua, la cual le llegaba por las rodillas, incluso un poco más a los chicos. Mis pies estaban tocando el agua, y la verdad, es que estaba fría.
- ¿Qué os qué? –preguntó Ryan sarcásticamente.
- ¡Qué nos rendimos! –gritamos Lorena y yo. – Ahora, por favor, soltadnos. –les supliqué riendo.
- ¿Las soltamos, Justin?
- Hmm… -puso cara de pensar y contestó – Somos malos, Ryan. Las pobres aquí sufriendo por nuestra culpa. –dijo en un tono dramático.
- Venga, va. Soltadnos. –suplicó Lorena.
- Vale. –dijeron los dos a la vez. Y así fue, nos soltaron pero caímos derechitas al agua fría. Nos sumergimos, y al salir, aquellos se estaban riendo a más no poder. Los miramos en plan: Moriréis. Y sus risas pararon.
- ¡Oh, oh! –dijo Ryan con cara de asustado. – Será mejor que salgamos, tío.
Salieron del agua, mientras nosotras los perseguíamos de nuevo. Llegaron hasta la toalla, y se tumbaron en la de cada uno.
Nosotras nos quedamos de pie. Cruzamos los brazos, y pusimos caras de estar “enfadadas”.
- No me gustan vuestras caras. –dijo Justin riendo.
- Os veo un poco… no sé, mojadas. –dijo Ryan. Lo miramos con una de nuestras miradas fusilantes y retractó su pequeña broma.
En nuestro interior, teníamos unas ganas de reír muy grandes, pero teníamos que seguir manteniendo nuestra expresión de chicas duras.
- Va, no puedo. –comencé a reír, y caí en mi toalla, rendida.
- Mira que eres blanda, Sophie.
- Anda, ven aquí. Que a ti también se te nota que te mueres por reirte. –le dijo Ryan, al cogerla por la cintura y atraerla contra él haciendo que Lore se sentara en la toalla de éste. Pasó sus manos por la barriga de ella y comenzó a hacerle cosquillas. Mi hermana es como yo, no soportamos las cosquillas.
- Tal para cual –suspiró Justin refiriéndose a nosotras. – Como se nota que sois hermanas, ¿eh?
- ¡Oye! –le pegué juguetonamente y le di un beso.
Mi móvil estaba sonando: Llamada entrante --- Mamá. Lo cogí.
- ¿Sophie?
- Sí, dime.
- ¿Estáis preparados? –me preguntó.
- Solo falta recoger un poco, y ya. –miré a mi alrededor.
- Vale. ¿Paso a buscaros en 15 minutos?
- Sí. Te esperamos justo en donde nos dejaste, ¿te parece bien?
- De acuerdo, cariño. Nos vemos en un ratito.
Fin de la llamada.
- Bueno, chicos. A recoger, se ha dicho. –les dije.
- Por cierto, ¿vosotras cuando empezáis el instituto? –preguntó Justin en lo que doblaba su toalla.
- Ostras, es cierto. Mañana. –puse cara de sorpresa.
- ¿Qué? Y, ¿nosotros? –preguntó Justin atónito.
- Pues iréis con nosotras. –dijo Lorena.
- ¿Cómo? –dijeron los dos a la vez con cara de sorpresa.
- Es broma, tontos. –los calmó Lorena.
- ¡Qué susto! Ir, no iremos, pero ¿os podemos acompañar hasta la puerta y eso, no? –preguntó Ryan un poco más tranquilo.
- ¿Cómo dos papis? –pregunté yo.
Rieron.
- No. Como dos novios. –me contestó Justin guiñándome un ojo.
- Venga, vamos, que mamá está a punto de llegar. –nos dijo Lorena.
Al llegar a casa, Lorena y yo tuvimos que preparar todo lo del instituto e irnos a la cama. Este día había sido otro día perfecto con Justin a mi lado. Pero como ya sabéis la cuenta atrás seguía. Tan solo nos quedaban 4 días, y con esto de ir a clase, no tendríamos las mañanas para pasarlas juntos. Lo que hacía que la cuenta se fuera haciendo cada vez, más pequeña.
 

6 comentarios:

Love & Hope dijo...

quiero leer otro capitulo

Sarah. dijo...

Me encanto.
Que liindo
Sobre todo lo de la playa jejejep e.e

Bueno publica pronto ¿si?

Besicos.


^^Sarita^^

LuciaYandelaJB dijo...

Sigueee esta super bonita, me encanta :)

Anónimo dijo...

Siguiente :)

Agus dijo...

espero tu prox cap esta d+

N.B.A dijo...

HOLA ME HA ENCANTADO TU HISTORIA Y ME GUSTA MUCHO TU BLOG SI QUIERES PASATE POR EL MIO ES:
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