¡BELIEBERS! YA TENEMOS 100 SEGUIDORES!! :DD Muchísimas gracias, por vuestros comentarios, por vuestros GENIALES y MUCHÍSIMAS GRACIAS por seguir leyendo la nove :D En serio, muchas gracias. Aquí os dejamos un nuevo cap. que es bastante larguito, así que mañana subiremos otro :D Esperamos que os guste <33 Un beso <3
jueves, 26 de mayo de 2011
Capítulo 38 - "De nuevo en casa"
Tras dos horas o más de vuelo, llegó la hora de aterrizar. Estaba al lado de Justin acurrucada entre sus brazos. No quería alejarme de ellos, de aquellos brazos, que cada vez se volvían más fuertes, y más sexys. Podía sentir el olor del perfume que me volvía loca. Bueno, a mí y a millones de chicas más, pero sabía que solo de una forma me correspondía a mí sola. Me acariciaba el pelo, y me hacía cosquillitas por los brazos. Cosa que me encanta que me haga, aunque los pelos se me ponen de punta cada vez que me toca. Sus manos acariciendo mis brazos, sus labios rozando con los míos, sus dedos con los que juega con mi pelo, sus miradas clavándose en las mías con esos ojos color miel... Todas esas cosas hacen que se me electrucute la piel, por decirlo así. Siento un cosquilleo difícil de explicar, pero que me encanta.
- ¡Por fín, hemos llegado! -dijo Lorena acomodándose en el asiento.
- Sí, tengo muchas ganas de ver a papá y a mamá. -sonreí.
- A ellos no les hará nada de gracia el vernos aquí. -dijo Justin en un tono preocupador.
- Es verdad. -afirmó Ryan.
- Tranquilos, nos os van a comer. -los tranquilicé.
- Bueno, ¿quién sabe si a papá le entran ganas de coger el cortacésped y... utilizarlo con vosotros? -preguntó Lorena en un tono serio.
- Ups. Se me había olvidado ese pequeño problema. -le seguí la corriente.
- ¿Justin? ¿Sophie no te ha contado lo de su primer novio? ¿Lo que le hizo papá al pobre muchacho?
- ¡Lorena! -la interrumpí.
- Es hora de que lo sepan, Sophie. Tienen que estar preparados.
- ¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué le pasó? ¿Por qué nunca me dijiste esto antes, Lorena? -le preguntó Ryan un poco asustado. Su cara era para morirse de risa.
- ¿Sophie...? ¿Qué le pasó a tu primer novio? -preguntó Justin con la cara un poco pálida. Éste también se estaba preocupando por esta "historia", era como para grabarlos en video.
- Justin. Verás, lo que pasó fue que... -comencé en un tono dramático, pero sin exagerarlo-... que Lorena, te está mintiendo y que vosotros dos tenéis una cara de asustados, que no os la creéis ni vosotros mismos -comenzamos a reirnos.
- ¡Ostia! Que susto... -dijo Ryan.
Volvimos a reir.
- Mira, que sois malas, ¿eh? Esto no se hace.. -nos dijo Justin con una mirada atravesada hacia las dos.
- Mira, que sois tontitos.. ¿cómo os va a hacer algo papá? Es una muy buena persona.
- Venga, en marcha. Que quiero llegar ya, y acostarme en mi camita -dijo Lorena.
Bajamos del avión, pero antes de eso en la puerta del avión, Justin se paró para ponerse un gorro y unas gafas (lo mismo que se puso cuando íbamos a coger el avión para aquí desde Francia). Ryan, también se puso unas gafas del mismo estilo a las de Justin, al igual que Lorena, ya que a parte de que la gente nos podría descubrir hacía mucho calor. Cuanto extrañaba el calor, el clima, la playa...
- ¿Todos tenéis esas gafas o qué? Pues que sepáis que yo no tengo. -los miré mal pero riendo.
- Tranquila, hermosa. Toma. -Justin me dio unas que llevaba en la maleta, "de repuesto" según él.
- ¡Me encantan! -le dije mirando las gafas muy emocionada. Eran super bonitas porque eran lilas, y como es mi color favorito, pues... me encantaron.
Seguimos bajando las escaleras del avión. Como siempre, las azafatas muy amables nos dijeron: *Esperamos que el vuelo haya sido de su agrado. Muchas gracias.* en un tono muy happy.
Entramos en la zona, para coger las maletas. Cuando ya hubimos encontrado las de cada uno, nos dirigimos hacia la puerta, para salir y ver a nuestros padres, quienes nos venían a recoger sin aún saber que Justin y Ryan iban a pasar una semana con nosotros.
La puerta automática se abrió, y Lorena y yo comenzamos a buscarlos. Justin y Ryan venían un poco más alejados de nosotras.
- ¡Mamá, papá! -gritó Lorena al vernos. Miré hacia donde estaba observando ella y los ví. Empezamos a correr con las maletas, hasta llegar a ellos.
- ¡Hijas! -contestaron ellos abriendo los brazos.
- ¡Los extrañábamos mucho! -dije yo, ya en el abrazo familiar.
- Y nosotros a vosotras -nos contestó papá muy contento. -¿Cómo estáis? ¿El vuelo? ¿Todo bien?
- ¡Paul! Déjalas respirar, que acaban de llegar. -lo interrumpió - ¡Vengan aquí, mis niñas! -nos dijo de nuevo dándonos un abrazo.
- Dadme las maletas para irlas llevando al coche. -nos dijo papá. -Tenemos una sorpresa para vosotras en casa. -dijo con las dos maletas en cada mano.
- ¡Ay, es verdad! -le dijo mamá guiñándole un ojo a papá.
- ¿El qué? ¿El qué? -preguntamos Lore y yo impacientes por saber la respuesta.
- Lo averigüaréis en nada. Venga, vámonos. Por cierto, ¿dónde están Mark y Jeremy?-nos dijo mamá.
- Esto... ¿mamá? ¿papá? Hay algo que debemos contaros. -comenzó Lorena.
- ¿Qué pasa? -preguntó mamá un poco dudosa.
En ese momento aparecieron Justin y Ryan detrás de nosotras, con cara de angelitos.
- Hola, señora. -dijo Ryan muy amable.
- ¿Tú no eres...? -papá se había quedado sin palabras.
- Ryan, señor. -le tendió la mano. Papá se la aceptó dejando una de las maletas en el suelo.
- Ya me acuerdo de ti... -le dijo haciendo un gesto con la cabeza. - Y, ¿tú eras Justin, verdad? -volvió a preguntar papá en un tono irónico, ya que sabía perfectamente quien era.
- Sí, señor. -le dijo Justin tendiéndole la mano. Como había hecho antes, papá estrechó su mano con la de Justin, pero lo miraba de una forma un tanto rara.
- Hola, queridos. -les dijo mamá con una sonrisa.
- Hola, señora. Encantada de verla de nuevo. -Justin le correspondió la sonrisa, y eso a mi madre le encantó.
- Hola, señora. Ya Justin, me quitó lo que le iba a decir, pero bueno... -dijo Ryan con otra sonrisa.
- No os recordaba así de simpáticos -sonrió mamá. -Bueno, cariño, no me has contado que ha pasado con Mark y con Jeremy, ¿dónde están? -volvió mamá al tema de antes.
- Os lo contaremos todo, pero mejor vamos a casa, así estaremos más cómodos. -dije.
- Tienes razón, vamos.
Salimos del aeropuerto, en dirección al coche hasta que una niña se acercó a nosotros.
- Tú... tú... ¿tú eres...? ¿tú... eres...? ¿Tú eres...Justin Bieber? -tartamudeó la niña sin creerse lo que veían sus ojos.
- Ya empezamos -dijo papá mientras se subía al coche.
- Sí, cielo, soy yo. -le contestó Justin muy dulce a la niña quien se encontraba aún en estado de shock.
- ¿Me.. me.. podrías firmar un autógrafo? Espera, no tengo papel... -dijo la niña desepcionada.
- ¿Una foto, tal vez? -le preguntó Justin con una sonrisa muy dulce.
- ¡Sí, claro! -la niña cogió una cámara de su bolso y se sacaron la foto. A la pobre niña le temblaba el pulso, casi la foto no le salía bien.
- Un placer, cielo. -se despidió Justin y entró en el coche.
De camino a casa, papá siempre miraba a Justin por el retrovisor. No es que no le cayera bien, sino que quería conocerlo más, ya que después de lo que me había hecho, era difícil para mis padres, pero sobre todo para mi padre, comprender la situación.
Después de 15 minutos en coche, llegamos a casa.
- ¡Hogar, dulce hogar! -dijo Lorena.
- Me alegro mucho de que estéis de vuelta. -nos dijo mamá.
- Nosotras también. Estuvimos una semana fuera, pero extrañábamos mucho todo esto.
- ¡Vaya! Si es que es precioso todo esto. -dijo Justin perplejo.
- No todo son ciudades grandes, hijo. Aquí también hay paisajes muy bonitos. -le contestó mi padre con buen rollo.
- ¿Ves? Eso te pasa por no venir, aquí... -le dije.
Reímos.
Entramos en casa, papá nos cogió las maletas, a Lorena y a mi. Al entrar, Justin observaba atento cada rincón de la casa.
- Me recuerda mucho, a cuando no era famoso. A mi antigua casa, ¿no crees Ryan?
- Sí. La verdad es que nos lo pasábamos bien en aquella casa. -contestó Ryan un poco nostálgico.
*Guau, guau* (perrito ladrando)
- ¿Habéis oído eso? -preguntó Lorena.
- ¿El qué? -pregunté dudosa.
- Nada, seguro que estoy loca. -se resignó.
- Segurísimo -contesté riendo.
- ¡Qué graciosa tú! -me replicó.
- ¿Yo? Siempre.. -le guiñé un ojo.
*Guau, guau*
- Vale, ahora sí que estoy totalmente loca. ¿Hay un perro por aquí? -volvió al tema Lorena.
*Guau, guau*
- Lorena tiene razón. Se oye como a un cachorrito ladrando.
En ese momento, salió de la cocina un perrito muy mono. Era un labrador, muy cuqui, que venía hacia nosotras con un poco de miedo.
- ¡Hola! Ven aquí. -lo incité a que viniera poniendome en el suelo para que dejara de estar asustado, y poderlo coger.
- ¡Ven, perrito bonito! -dijo Lorena.
El perro se acercó suavemente y se dejó acariciar por nosotras. Lo cogí, y pareció que estaba muy cómodo y calentito en mis pechos, ya que acurrucó su cabeza.
- ¿Mamá, papá, y este perrito? -preguntó Lorena aún acariciando al perrito, que yacía en mis brazos.
- Vuestra sorpresa, ¿os gusta? -nos dijo mamá.
- ¡¿Qué?! ¿Nuestro? ¿En serio? -preguntamos Lorena y yo con los ojos abiertos como platos, pero encantadas con la idea.
-¡Sí! -nos contestó papá.
- ¡Muchas gracias! ¡Sois los mejores! -dijimos mientras los abrazábamos.
- Sophie, dejamelo un momentito, por fa. -me pidió Lorena.
- Toma. -le dije dandoselo con cuidado.
- ¿Es macho o hembra? -pregunté.
- Hembra. -contestó mamá.
- ¡Bien! Así la podremos vestir... -dijo Lorena.
- ¿Vestir? ¿Me tomas el pelo? -pregunté con una mirada atravesada.
- Que era broma, mujer. -reímos.
- ¿Cómo la llamaréis? -preguntó Justin acercándose junto con Ryan a acariciar al perro. Bueno, perra.
- Pues no sé. ¿Qué nombre os gusta? -les pregunté.
- Espera, espera, yo sé. -interrumpió Lorena.
- Kira me mola.
- No sé, Lore, es medio raro -reí.
- ¿Qué os parece, Bella? -intervino Justin.
- Me gusta. -dije.
- Si, claro, y ahora aparece Edward no te jode... -bromeó Lorena.
Reímos.
- Vale, acepto. Bella. ¡Hola, Bella! -le dijo cariñosamente Lorena a la perrita.
- Chicos, ¿que os parece si nos sentamos para hablar? -preguntó mamá ofreciéndonos asiento.
- Sí, hay que solucionar muchas cosas. -dijo papá mirando a Justin.
Justin se incomodó un poco y en seguida se sentó. Ryan hizo lo mismo, pero con la excusa de la perrita, se sentó al lado de Lorena. Mientras que yo, pese a lo que dijeran mis padres, me senté al lado de Justin, quien me sonrió por haberlo hecho.
- Bueno, papá.. el caso es que... -les empecé a explicar las cosas que habían sucedido, y quedaron más tranquilos con la explicación.
- Bueno... -suspiró papá -.. ahora que ya sabemos todo esto. ¿Qué es lo que tienes en mente con mi hija, Justin? -preguntó directamente.
- La verdad, señor, con todos mis respetos, quiero decirle que tiene una hija maravillosa a la cual respeto, por supuesto. Quiero oficialmente, pedirle permiso para poder salir con su hija. La quiero mucho, y sé que conmigo no llevaría una vida normal, a causa de los paparazzis y todo eso, pero mi amor por ella es mucho más fuerte que todo eso. La protegeré de quienes sea, y no dejaré que nadie estropee nuestra relación. -dijo Justin cogiéndome de las manos.
Mi madre tras oir aquellas palabras tan bonitas, se emocionó.
- Me has convencido, pero eso sí, como le vuelvas a hacer lo que le hiciste aquella vez, no te lo perdonaré.
- Entendido, señor. -contestó Justin.
- ¿Y tú, jovencito? -se dirigió a Ryan.
- También le quiero pedir permiso, para poder salir con su hija. Me alegraría mucho saber que cuento con su apoyo, y con el de usted, señora. Lorena para mí, es única, la quiero mucho, y no quiero perderla por ningún motivo.
- Vaya, vaya. Pues sí, que me convencéis ¿eh? Está bien, Ryan. Tú también tienes mi autorización. -agregó mi padre.
- Muchas gracias, señor. -agradecieron Ryan y Justin.
- ¿Dónde os pensáis hospedar, muchachos? -les preguntó mamá.
- Pues en un hotel. Creo que no está muy lejos de aquí. -contestó Ryan.
- ¿Hotel? Ya que sois de la familia os podéis quedar aquí, queridos. -dijo mamá.
- Gracias, señora, de verdad, pero no queremos molestar.
- No sois ninguna molestia. Me habéis caído bien, y sé que sois muchachos decentes. Así que, sería un honor para nosotros tener a un famoso en nuestra casa.
- Si no le molesta señor, me gustaría olvidar que soy un chico famoso por una semana, y poder estar con su hija, como ella se merece. -le contestó Justin educadamente como estaba haciendo hasta ahora.
- Está bien, lo haré. A cambio de algo. -le propuso papá.
- De lo que usted quiera, señor.
- Que me tuteéis, ¿de acuerdo? No más señor, ni esas cosas. Para vosotros a partir de ahora soy Paul.
- De acuerdo, señ... Paul -dijo Justin con una sonrisa.
- Entonces, tendremos que preparar el cuarto de invitados, chicas. -nos dijo mamá.
- Sí, claro. -contestamos.
- Muy bien. Chicos, ¿por qué no váis con Paul a comprar algo para hacer la cena? -preguntó mamá.
- Con mucho gusto. -contestó Ryan.
- Lo mismo digo. -dijo Justin poniendose en pie.
- Si es que os cogeré cariño y todo.. -dijo papá riendo.
Ryan y mi padre salieron en dirección al coche, pero Justin se quedó, ya que se había parado a hablar conmigo.
- Me caen muy bien tus padres, princesa. -me dijo Justin cogiéndome de la cintura.
- Y tú a ellos. -le dije plantandole un beso corto.
- Te quiero, Sophie.
- Y yo a ti, cariño. -le contesté y nos besamos.
Minutos después, Justin ya se había ido con mi padre y con Ryan. Mientras que Lorena, mi madre y yo, nos contábamos cosas en el cuarto de los invitados, en lo que arreglábamos un poco el cuarto.
A la media hora, llegaron los chicos con la comida para hacer la cena. El cuarto lo habíamos dejado muy bien, así que Justin y Ryan podrían dormir muy cómodos. Tan solo nos separaba el baño, ya que nuestro cuarto estaba al lado de éste.
Pasamos una noche estupenda, nos reímos de las paridas que hacía Lorena, Justin nos contó un poco sobre su familia, Ryan sobre la de él y esas cosas. Vamos, en resumen. Una de las mejores noches que he pasado.
Nos despedimos de mis padres, quienes se quedaron viendo un poco la TV, antes de irse a dormir. Pero nosotros que estábamos bastantes cansados, nos fuimos a la cama un poco más temprano de lo habitual. Bella iba a dormir con Lorena y conmigo en nuestro cuarto. Papá y mamá se habían encargado de comprarle una canastita, donde ella se pudiera acostar. El sitio perfecto para echarse las siestas. Era un encanto de perrita.
Esta es una foto:
Al terminar de ponernos el pijama, tocaron en la puerta.
- ¿Se puede? -preguntaron.
- Pasad. -contestó Lorena.
La puerta se abrió lentamente, y aparecieron Ryan y Justin en pijama. Muy monos, todo hay que decirlo.
- Si papá os ve aquí, os mata. -les dije.
- Solo veníamos a desearos las buenas noches -dijo Ryan.
Justin se acercó a mí, y me cogió por la cintura. Rodeé mis brazos sobre su cuello, y nos besamos.
- Buenas noches, princesa.
- Buenas noches, cariño.
En la otra parte de la habitación, Ryan y Lorena, se deseaban buenas noches mutuamente, y se besaban, pero de una forma.. ¿cómo decirlo? ¿más pasional? Ya me entendéis.
- Anda, vayanse ya... -les dijo Lorena.
- Sí, que mañana tenemos que levantarnos temprano -les dije.
- Vale, vale.. el último beso, por fa. -me pidió Justin.
Lo besé.
- Gracias -me agradeció. -Venga tú, vámonos. -le dijo a Ryan agarrándolo por el brazo.
- Buenas noches, tesoro. Te quiero. -le dijo muy cariñoso Ryan a Lorena.
- ¡Te quiero! -contestó Lorena.
- Adiós a ti también, Bella -dijo Justin.
- Ni caso te hizo... -se burló Lorena.
Salieron de la habitación y Lorena y yo nos metimos en la cama. Nos despedimos de Bella quien ya dormía plácidamente en su camita, y al rato, ya estábamos fritas. Mañana tendríamos que levantarnos temprano (no muy temprano) para salir y aprovechar el día con los chicos. Empezaba la cuenta atrás, tan solo seis días para que se fueran de nuevo, pero íbamos a disfrutar cada minuto y cada segundo que estén aquí. Así que, buenas noches.
- ¡Por fín, hemos llegado! -dijo Lorena acomodándose en el asiento.
- Sí, tengo muchas ganas de ver a papá y a mamá. -sonreí.
- A ellos no les hará nada de gracia el vernos aquí. -dijo Justin en un tono preocupador.
- Es verdad. -afirmó Ryan.
- Tranquilos, nos os van a comer. -los tranquilicé.
- Bueno, ¿quién sabe si a papá le entran ganas de coger el cortacésped y... utilizarlo con vosotros? -preguntó Lorena en un tono serio.
- Ups. Se me había olvidado ese pequeño problema. -le seguí la corriente.
- ¿Justin? ¿Sophie no te ha contado lo de su primer novio? ¿Lo que le hizo papá al pobre muchacho?
- ¡Lorena! -la interrumpí.
- Es hora de que lo sepan, Sophie. Tienen que estar preparados.
- ¿Qué? ¿Por qué? ¿Qué le pasó? ¿Por qué nunca me dijiste esto antes, Lorena? -le preguntó Ryan un poco asustado. Su cara era para morirse de risa.
- ¿Sophie...? ¿Qué le pasó a tu primer novio? -preguntó Justin con la cara un poco pálida. Éste también se estaba preocupando por esta "historia", era como para grabarlos en video.
- Justin. Verás, lo que pasó fue que... -comencé en un tono dramático, pero sin exagerarlo-... que Lorena, te está mintiendo y que vosotros dos tenéis una cara de asustados, que no os la creéis ni vosotros mismos -comenzamos a reirnos.
- ¡Ostia! Que susto... -dijo Ryan.
Volvimos a reir.
- Mira, que sois malas, ¿eh? Esto no se hace.. -nos dijo Justin con una mirada atravesada hacia las dos.
- Mira, que sois tontitos.. ¿cómo os va a hacer algo papá? Es una muy buena persona.
- Venga, en marcha. Que quiero llegar ya, y acostarme en mi camita -dijo Lorena.
Bajamos del avión, pero antes de eso en la puerta del avión, Justin se paró para ponerse un gorro y unas gafas (lo mismo que se puso cuando íbamos a coger el avión para aquí desde Francia). Ryan, también se puso unas gafas del mismo estilo a las de Justin, al igual que Lorena, ya que a parte de que la gente nos podría descubrir hacía mucho calor. Cuanto extrañaba el calor, el clima, la playa...
- ¿Todos tenéis esas gafas o qué? Pues que sepáis que yo no tengo. -los miré mal pero riendo.
- Tranquila, hermosa. Toma. -Justin me dio unas que llevaba en la maleta, "de repuesto" según él.
- ¡Me encantan! -le dije mirando las gafas muy emocionada. Eran super bonitas porque eran lilas, y como es mi color favorito, pues... me encantaron.
Seguimos bajando las escaleras del avión. Como siempre, las azafatas muy amables nos dijeron: *Esperamos que el vuelo haya sido de su agrado. Muchas gracias.* en un tono muy happy.
Entramos en la zona, para coger las maletas. Cuando ya hubimos encontrado las de cada uno, nos dirigimos hacia la puerta, para salir y ver a nuestros padres, quienes nos venían a recoger sin aún saber que Justin y Ryan iban a pasar una semana con nosotros.
La puerta automática se abrió, y Lorena y yo comenzamos a buscarlos. Justin y Ryan venían un poco más alejados de nosotras.
- ¡Mamá, papá! -gritó Lorena al vernos. Miré hacia donde estaba observando ella y los ví. Empezamos a correr con las maletas, hasta llegar a ellos.
- ¡Hijas! -contestaron ellos abriendo los brazos.
- ¡Los extrañábamos mucho! -dije yo, ya en el abrazo familiar.
- Y nosotros a vosotras -nos contestó papá muy contento. -¿Cómo estáis? ¿El vuelo? ¿Todo bien?
- ¡Paul! Déjalas respirar, que acaban de llegar. -lo interrumpió - ¡Vengan aquí, mis niñas! -nos dijo de nuevo dándonos un abrazo.
- Dadme las maletas para irlas llevando al coche. -nos dijo papá. -Tenemos una sorpresa para vosotras en casa. -dijo con las dos maletas en cada mano.
- ¡Ay, es verdad! -le dijo mamá guiñándole un ojo a papá.
- ¿El qué? ¿El qué? -preguntamos Lore y yo impacientes por saber la respuesta.
- Lo averigüaréis en nada. Venga, vámonos. Por cierto, ¿dónde están Mark y Jeremy?-nos dijo mamá.
- Esto... ¿mamá? ¿papá? Hay algo que debemos contaros. -comenzó Lorena.
- ¿Qué pasa? -preguntó mamá un poco dudosa.
En ese momento aparecieron Justin y Ryan detrás de nosotras, con cara de angelitos.
- Hola, señora. -dijo Ryan muy amable.
- ¿Tú no eres...? -papá se había quedado sin palabras.
- Ryan, señor. -le tendió la mano. Papá se la aceptó dejando una de las maletas en el suelo.
- Ya me acuerdo de ti... -le dijo haciendo un gesto con la cabeza. - Y, ¿tú eras Justin, verdad? -volvió a preguntar papá en un tono irónico, ya que sabía perfectamente quien era.
- Sí, señor. -le dijo Justin tendiéndole la mano. Como había hecho antes, papá estrechó su mano con la de Justin, pero lo miraba de una forma un tanto rara.
- Hola, queridos. -les dijo mamá con una sonrisa.
- Hola, señora. Encantada de verla de nuevo. -Justin le correspondió la sonrisa, y eso a mi madre le encantó.
- Hola, señora. Ya Justin, me quitó lo que le iba a decir, pero bueno... -dijo Ryan con otra sonrisa.
- No os recordaba así de simpáticos -sonrió mamá. -Bueno, cariño, no me has contado que ha pasado con Mark y con Jeremy, ¿dónde están? -volvió mamá al tema de antes.
- Os lo contaremos todo, pero mejor vamos a casa, así estaremos más cómodos. -dije.
- Tienes razón, vamos.
Salimos del aeropuerto, en dirección al coche hasta que una niña se acercó a nosotros.
- Tú... tú... ¿tú eres...? ¿tú... eres...? ¿Tú eres...Justin Bieber? -tartamudeó la niña sin creerse lo que veían sus ojos.
- Ya empezamos -dijo papá mientras se subía al coche.
- Sí, cielo, soy yo. -le contestó Justin muy dulce a la niña quien se encontraba aún en estado de shock.
- ¿Me.. me.. podrías firmar un autógrafo? Espera, no tengo papel... -dijo la niña desepcionada.
- ¿Una foto, tal vez? -le preguntó Justin con una sonrisa muy dulce.
- ¡Sí, claro! -la niña cogió una cámara de su bolso y se sacaron la foto. A la pobre niña le temblaba el pulso, casi la foto no le salía bien.
- Un placer, cielo. -se despidió Justin y entró en el coche.
De camino a casa, papá siempre miraba a Justin por el retrovisor. No es que no le cayera bien, sino que quería conocerlo más, ya que después de lo que me había hecho, era difícil para mis padres, pero sobre todo para mi padre, comprender la situación.
Después de 15 minutos en coche, llegamos a casa.
- ¡Hogar, dulce hogar! -dijo Lorena.
- Me alegro mucho de que estéis de vuelta. -nos dijo mamá.
- Nosotras también. Estuvimos una semana fuera, pero extrañábamos mucho todo esto.
- ¡Vaya! Si es que es precioso todo esto. -dijo Justin perplejo.
- No todo son ciudades grandes, hijo. Aquí también hay paisajes muy bonitos. -le contestó mi padre con buen rollo.
- ¿Ves? Eso te pasa por no venir, aquí... -le dije.
Reímos.
Entramos en casa, papá nos cogió las maletas, a Lorena y a mi. Al entrar, Justin observaba atento cada rincón de la casa.
- Me recuerda mucho, a cuando no era famoso. A mi antigua casa, ¿no crees Ryan?
- Sí. La verdad es que nos lo pasábamos bien en aquella casa. -contestó Ryan un poco nostálgico.
*Guau, guau* (perrito ladrando)
- ¿Habéis oído eso? -preguntó Lorena.
- ¿El qué? -pregunté dudosa.
- Nada, seguro que estoy loca. -se resignó.
- Segurísimo -contesté riendo.
- ¡Qué graciosa tú! -me replicó.
- ¿Yo? Siempre.. -le guiñé un ojo.
*Guau, guau*
- Vale, ahora sí que estoy totalmente loca. ¿Hay un perro por aquí? -volvió al tema Lorena.
*Guau, guau*
- Lorena tiene razón. Se oye como a un cachorrito ladrando.
En ese momento, salió de la cocina un perrito muy mono. Era un labrador, muy cuqui, que venía hacia nosotras con un poco de miedo.
- ¡Hola! Ven aquí. -lo incité a que viniera poniendome en el suelo para que dejara de estar asustado, y poderlo coger.
- ¡Ven, perrito bonito! -dijo Lorena.
El perro se acercó suavemente y se dejó acariciar por nosotras. Lo cogí, y pareció que estaba muy cómodo y calentito en mis pechos, ya que acurrucó su cabeza.
- ¿Mamá, papá, y este perrito? -preguntó Lorena aún acariciando al perrito, que yacía en mis brazos.
- Vuestra sorpresa, ¿os gusta? -nos dijo mamá.
- ¡¿Qué?! ¿Nuestro? ¿En serio? -preguntamos Lorena y yo con los ojos abiertos como platos, pero encantadas con la idea.
-¡Sí! -nos contestó papá.
- ¡Muchas gracias! ¡Sois los mejores! -dijimos mientras los abrazábamos.
- Sophie, dejamelo un momentito, por fa. -me pidió Lorena.
- Toma. -le dije dandoselo con cuidado.
- ¿Es macho o hembra? -pregunté.
- Hembra. -contestó mamá.
- ¡Bien! Así la podremos vestir... -dijo Lorena.
- ¿Vestir? ¿Me tomas el pelo? -pregunté con una mirada atravesada.
- Que era broma, mujer. -reímos.
- ¿Cómo la llamaréis? -preguntó Justin acercándose junto con Ryan a acariciar al perro. Bueno, perra.
- Pues no sé. ¿Qué nombre os gusta? -les pregunté.
- Espera, espera, yo sé. -interrumpió Lorena.
- Kira me mola.
- No sé, Lore, es medio raro -reí.
- ¿Qué os parece, Bella? -intervino Justin.
- Me gusta. -dije.
- Si, claro, y ahora aparece Edward no te jode... -bromeó Lorena.
Reímos.
- Vale, acepto. Bella. ¡Hola, Bella! -le dijo cariñosamente Lorena a la perrita.
- Chicos, ¿que os parece si nos sentamos para hablar? -preguntó mamá ofreciéndonos asiento.
- Sí, hay que solucionar muchas cosas. -dijo papá mirando a Justin.
Justin se incomodó un poco y en seguida se sentó. Ryan hizo lo mismo, pero con la excusa de la perrita, se sentó al lado de Lorena. Mientras que yo, pese a lo que dijeran mis padres, me senté al lado de Justin, quien me sonrió por haberlo hecho.
- Bueno, papá.. el caso es que... -les empecé a explicar las cosas que habían sucedido, y quedaron más tranquilos con la explicación.
- Bueno... -suspiró papá -.. ahora que ya sabemos todo esto. ¿Qué es lo que tienes en mente con mi hija, Justin? -preguntó directamente.
- La verdad, señor, con todos mis respetos, quiero decirle que tiene una hija maravillosa a la cual respeto, por supuesto. Quiero oficialmente, pedirle permiso para poder salir con su hija. La quiero mucho, y sé que conmigo no llevaría una vida normal, a causa de los paparazzis y todo eso, pero mi amor por ella es mucho más fuerte que todo eso. La protegeré de quienes sea, y no dejaré que nadie estropee nuestra relación. -dijo Justin cogiéndome de las manos.
Mi madre tras oir aquellas palabras tan bonitas, se emocionó.
- Me has convencido, pero eso sí, como le vuelvas a hacer lo que le hiciste aquella vez, no te lo perdonaré.
- Entendido, señor. -contestó Justin.
- ¿Y tú, jovencito? -se dirigió a Ryan.
- También le quiero pedir permiso, para poder salir con su hija. Me alegraría mucho saber que cuento con su apoyo, y con el de usted, señora. Lorena para mí, es única, la quiero mucho, y no quiero perderla por ningún motivo.
- Vaya, vaya. Pues sí, que me convencéis ¿eh? Está bien, Ryan. Tú también tienes mi autorización. -agregó mi padre.
- Muchas gracias, señor. -agradecieron Ryan y Justin.
- ¿Dónde os pensáis hospedar, muchachos? -les preguntó mamá.
- Pues en un hotel. Creo que no está muy lejos de aquí. -contestó Ryan.
- ¿Hotel? Ya que sois de la familia os podéis quedar aquí, queridos. -dijo mamá.
- Gracias, señora, de verdad, pero no queremos molestar.
- No sois ninguna molestia. Me habéis caído bien, y sé que sois muchachos decentes. Así que, sería un honor para nosotros tener a un famoso en nuestra casa.
- Si no le molesta señor, me gustaría olvidar que soy un chico famoso por una semana, y poder estar con su hija, como ella se merece. -le contestó Justin educadamente como estaba haciendo hasta ahora.
- Está bien, lo haré. A cambio de algo. -le propuso papá.
- De lo que usted quiera, señor.
- Que me tuteéis, ¿de acuerdo? No más señor, ni esas cosas. Para vosotros a partir de ahora soy Paul.
- De acuerdo, señ... Paul -dijo Justin con una sonrisa.
- Entonces, tendremos que preparar el cuarto de invitados, chicas. -nos dijo mamá.
- Sí, claro. -contestamos.
- Muy bien. Chicos, ¿por qué no váis con Paul a comprar algo para hacer la cena? -preguntó mamá.
- Con mucho gusto. -contestó Ryan.
- Lo mismo digo. -dijo Justin poniendose en pie.
- Si es que os cogeré cariño y todo.. -dijo papá riendo.
Ryan y mi padre salieron en dirección al coche, pero Justin se quedó, ya que se había parado a hablar conmigo.
- Me caen muy bien tus padres, princesa. -me dijo Justin cogiéndome de la cintura.
- Y tú a ellos. -le dije plantandole un beso corto.
- Te quiero, Sophie.
- Y yo a ti, cariño. -le contesté y nos besamos.
Minutos después, Justin ya se había ido con mi padre y con Ryan. Mientras que Lorena, mi madre y yo, nos contábamos cosas en el cuarto de los invitados, en lo que arreglábamos un poco el cuarto.
A la media hora, llegaron los chicos con la comida para hacer la cena. El cuarto lo habíamos dejado muy bien, así que Justin y Ryan podrían dormir muy cómodos. Tan solo nos separaba el baño, ya que nuestro cuarto estaba al lado de éste.
Pasamos una noche estupenda, nos reímos de las paridas que hacía Lorena, Justin nos contó un poco sobre su familia, Ryan sobre la de él y esas cosas. Vamos, en resumen. Una de las mejores noches que he pasado.
Nos despedimos de mis padres, quienes se quedaron viendo un poco la TV, antes de irse a dormir. Pero nosotros que estábamos bastantes cansados, nos fuimos a la cama un poco más temprano de lo habitual. Bella iba a dormir con Lorena y conmigo en nuestro cuarto. Papá y mamá se habían encargado de comprarle una canastita, donde ella se pudiera acostar. El sitio perfecto para echarse las siestas. Era un encanto de perrita.
Esta es una foto:
Al terminar de ponernos el pijama, tocaron en la puerta.
- ¿Se puede? -preguntaron.
- Pasad. -contestó Lorena.
La puerta se abrió lentamente, y aparecieron Ryan y Justin en pijama. Muy monos, todo hay que decirlo.
- Si papá os ve aquí, os mata. -les dije.
- Solo veníamos a desearos las buenas noches -dijo Ryan.
Justin se acercó a mí, y me cogió por la cintura. Rodeé mis brazos sobre su cuello, y nos besamos.
- Buenas noches, princesa.
- Buenas noches, cariño.
En la otra parte de la habitación, Ryan y Lorena, se deseaban buenas noches mutuamente, y se besaban, pero de una forma.. ¿cómo decirlo? ¿más pasional? Ya me entendéis.
- Anda, vayanse ya... -les dijo Lorena.
- Sí, que mañana tenemos que levantarnos temprano -les dije.
- Vale, vale.. el último beso, por fa. -me pidió Justin.
Lo besé.
- Gracias -me agradeció. -Venga tú, vámonos. -le dijo a Ryan agarrándolo por el brazo.
- Buenas noches, tesoro. Te quiero. -le dijo muy cariñoso Ryan a Lorena.
- ¡Te quiero! -contestó Lorena.
- Adiós a ti también, Bella -dijo Justin.
- Ni caso te hizo... -se burló Lorena.
Salieron de la habitación y Lorena y yo nos metimos en la cama. Nos despedimos de Bella quien ya dormía plácidamente en su camita, y al rato, ya estábamos fritas. Mañana tendríamos que levantarnos temprano (no muy temprano) para salir y aprovechar el día con los chicos. Empezaba la cuenta atrás, tan solo seis días para que se fueran de nuevo, pero íbamos a disfrutar cada minuto y cada segundo que estén aquí. Así que, buenas noches.
viernes, 20 de mayo de 2011
Hola, beliebers :D ¿Cómo estáis? Espero que muy bien. Apuesto a que ahora estaréis mejor con este cap. (o eso esperamos) Por cierto, ¡TENEMOS 96 SEGUIDORES, YA CASI LLEGAMOS A LOS 100!! No sabéis cuanto os lo agradecemos, de verdad. Es increíble que tengamos tantos seguidores... :'') MUCHAS GRACIAS <3 También daros las gracias por esos, 37 (si no nos equivocamos) geniales :D Ahora esperamos que comentéis más, y que por supuesto pidáis el siguiente :) UN BESO ENORME PARA TODAS, BELIEBERS <3
Capítulo 37- "No me importa lo que pase".
El momento más triste se acercaba. Estábamos a tan solo unos minutos de llegar al aeropuerto, para irnos. Nosotras de vuelta a España, mientras que Justin y Ryan se volvían a Canadá. Scooter mientras estábamos en el campamento, llamó a Justin varias veces, para preguntarle como iba todo, y también comentarle que suspendieron varios conciertos por el mal tiempo que hacía en aquellas ciudades. Por tanto, Justin podía tener una semana más de descanso, lo cual por una parte, le gustaba y por otra, no tanto. Le gustaba la idea de volver a casa y ver a su familia, estar con ellos, etc. Pero no le hacía gracia que tuvieran que suspender conciertos. Estaba triste porque sus fans podrían pensar que él está cambiando, y que en realidad, no las quiere. Y en eso, estoy totalmente segura de que están equivocadas. Justin no ha cambiado nada, sigue siendo un chico dulce, atento y que siempre se preocupa por sus fans. Esté malo, caigan rayos o lo que sea, él quiere continuar sus shows, ya que lo único que le importa, no es el dinero, ni más fama, sino sus fans.
Llegamos al aeropuerto, y le pagamos al taxi. Lorena seguía durmiendo, así que Ryan se encargó de despertarla mientras Justin y yo cogíamos las maletas.
- Lore... despierta. -le susurraba Ryan.
- Hmm... -bostezaba ella.
- Venga, dormilona.. -le dijo dándole un beso en la mejilla para que se despertara.
- Jo... no quiero que nos separemos de nuevo -dijo en un tono triste.
- Nos volveremos a ver, no te preocupes. -Ryan le acarició su rostro muy cariñoso, pero Lorena aún seguía diciendo que no quería que se separaran.
Al final, se bajó, y pude observar como sus ojos estaban empañados de lágrimas. Si la veía llorando, lo más posible es que me pusiera a llorar yo también.
Justin abrió su maleta y se puso sus gafas de sol. Me encantaba verle con esas gafas. Se veía TAN SEXY (OMB) Ya sabéis que el no tiene aviones privados ni nada de esas cosas, por eso se tenía que "esconder" para que nadie lo reconociera, lo cual era dificil ya que cualquier fan que esté por ahí, al verlo de espaldas o incluso vernos a nosotras, ya podía descubrir que se trataba de Justin, llevase un disfraz de payaso o no.
Entramos, Lorena del brazo de Ryan y yo agarrada de la mano de Justin. Esperamos un rato hasta que avisaron de que nuestro avión iba a salir en unos minutos. Al oir eso, rompí a llorar en el pecho de Justin, quien me abraza fuerte.
- Hey, cálmate, esto no es un adiós, es un hasta luego... -me dijo con una sonrisa dulce. -Nos volveremos a ver más pronto de lo que te imaginas.
- Justin, no puedo volverte a decir adiós o hasta luego. Simplemente, no puedo pasar más tiempo sin ti después de todo lo que hemos pasado. Quiero estar contigo... -le dije aún con lágrimas cayendo por mi rostro.
- Princesa, nada va a cambiar. Te lo prometo. Te amo, Sophie. A ti y solo a ti. -dijo mientras cogía mi cara entre sus manos y me daba un beso.
Por el otro lado, Lorena estaba igual que yo. Como se nota que somos hermanas. Abrazaba a Ryan casi ahogándolo, mientras que sus lágrimas caían sin parar. Él muy tierno la abrazaba también, y le daba besos en la frente. Aquella escena era para grabarla. Dos muchachas abrazadas a dos chicos y llorando. Menudo espectáculo.
- Te quiero tanto, Justin... -le dije mientras me sacaba las lágrimas. - No lo olvides, por favor.
*Señores pasajeros, el vuelo con destino a Madrid está a punto de salir. Les pedimos a éstos pasajeros que embarquen por la puerta número 7. Gracias.*
- Es la hora... ¿a qué hora sale el vuestro? -les pregunté.
- Dentro de media hora, o así, ¿no, Ryan? -preguntó Justin dudoso.
- Ehmm.. sí, sí. O eso creo -rió.
- Bueno, ya. Os tenéis que ir, sino perderéis el avión. -nos dijo Ryan.
- Te quiero, Ryan. Por favor, llámame en cuanto llegues. -le pidió Lorena.
- Claro que sí. Te voy a extrañar mucho, Lorena. -le dijo Ryan cariñosamente.
- Yo a ti también. -se besaron y Lorena volvió a llorar.
Ya yo estaba más calmada pero aún así, no me quería ir del lado de Justin.
- Te quiero, Sophie.
- Te quiero, Justin. -nos besamos.
- Bueno, cuñadita, cuidame a tu hermana, ¿vale? -me pidió Ryan.
- No te preocupes. -le guiñé un ojo.
- Lo mismo te digo, Lore. Cuídamela, y no dejes que se coma la cabeza si ve algo en las noticias sobre mí.
- Oye. -le pegué un puñetazo en el brazo juguetonamente, aunque también con ganas.
- Que es broma, mi amor -reímos.
Nos besamos por última vez. Ryan y Lorena hicieron lo mismo. Agarré a Lorena del brazo, y nos fuimos. Miré por última vez a Justin, quien me decía algo, leí sus labios "Te quiero, princesa" yo hice lo mismo y le respondí con un "Te quiero". Esa fue la última "palabra" que le dije. Digo palabra entre comillas porque lo susurré, ya que no lo iba a gritar en frente de todo el mundo.
Entramos en el avión. Era grande, y bastante bonito para ser un avión. Eran de cuatro asientos. Lo único que rogábamos Lorena y yo, es que no nos tocara a alguien que holiera mal al lado nuestro o de esas señoras que se dejan dormir y apoyan su cabeza en tu hombro.
Lorena se sentó en la parte de la ventanilla, y yo a su lado.
Despegamos. En ese momento, oí a Lorena sonarse, por lo tanto, supuse que estaba llorando de nuevo. Tenía su frente contra la ventanilla, mirando hacia abajo. Dejando atrás a su novio, al que no verá dentro de un tiempito. Lo mismo me pasaba a mí, por eso, la abracé.
- Los volveremos a ver, Lore. -le dije mientras le secaba sus lágrimas. -Tengo ese presentimiento. Justin, me lo prometió. Hizo su promesa de que nos volveríamos a ver más pronto de lo que pensábamos. Tenemos que mantener la fe. -Seguíamos abrazadas hasta que alguien tocó mi hombro.
*Por favor, que no sea nadie desagradable* pensé.
- Perdone, señorita, ¿este asiento está disponible? -me preguntó aquella voz amablemente.
- Sí, cla... -me limpié las lágrimas y miré a aquella persona para no darle la espalda. -..ro... ¿JUSTIN?! -grité.
- ¿JUSTIN? ¿QUÉ? -dijo Lorena exaltada.
- Hey, hey. Cuanta emoción -dijo Ryan, quien estaba detrás de Justin.
- Pero, pero... ¿vosotros... no...-dijimos Lorena y yo a la vez -... no os ibáis a vuestra casa?
- ¡Claro! Este es nuestro avión. -nos dijo Justin.
- Este es el nuestro, el que va para España. -les dijimos Lorena y yo.
- ¿En serio? -preguntó Justin "sorprendido".
- Ups, tío. Parece que nos hemos equivocado de avión. -le dijo Ryan. Rieron.
- Entonces... ¿os venís a casa con nosotras?! -gritó Lorena.
- Eso parece. No es cuestión de que nos bajemos ahora que ya despegó.
- ¡¡RYAN!! -le dijo Lorena saltando de alegría.
Cambié mi sitio por el de Ryan, al lado de Justin. Yo no sabía como reaccionar, estaba en shock. Iba a estar otra semana más con Justin, en mi casa. Oh, madre mía. Me iba a dar algo.
- ¿No te alegras? -me preguntó Justin mirandome fijamente.
- Te odio.. -le dije con una mirada atravesada.
- ¿Por qué? -preguntó sorprendido.
- ¡Por haberme hecho sufrir durante esta media hora! -le pegué en el brazo.
- ¡Au! Eso duele.. -se quejó.
- Tonto... -le dije.
- Hermosa. -me contestó mientras se iba acercando más a mi.
- Te odio...
- Te amo. -acercó sus labios un poco más a los míos y nos besamos.
Para mí, el tiempo pareció detenerse en ese momento. Separé mis labios de los suyos para poderle decir algo.
- ¡Gracias! -le dije mientras lo abrazaba.
- ¿Por qué? -rió.
- Por venirte conmigo una semana más. Es que, de verdad, ahora mismo estoy en las nubes.
- Nunca mejor dicho -reímos.
- Sophie, quiero decirte, que no me importa lo que pase. Sé que quiero estar contigo, y empezar una nueva vida juntas. Fuera de cámaras, paparazzis y todo eso. Solo quiero estar contigo, y disfrutar de mis 16 años. Quiero ser una pareja normal... -me pidió.
- Justin, yo también quiero eso. Pero no puedes, tus fans te necesitan.
Nos quedamos en silencio. Apoyé mi cabeza en su hombro, y cerré los ojos. La situación se había puesto un poco incómoda. Justin no sabía bien lo que estaba diciendo. Necesitaba tiempo, y yo se lo iba a dar. Lo apoyaré en todo lo que haga falta. Cualquier decisión que tome, estaré a su lado, tanto como si es buena o como si es mala, pase lo que pase.
Llegamos al aeropuerto, y le pagamos al taxi. Lorena seguía durmiendo, así que Ryan se encargó de despertarla mientras Justin y yo cogíamos las maletas.
- Lore... despierta. -le susurraba Ryan.
- Hmm... -bostezaba ella.
- Venga, dormilona.. -le dijo dándole un beso en la mejilla para que se despertara.
- Jo... no quiero que nos separemos de nuevo -dijo en un tono triste.
- Nos volveremos a ver, no te preocupes. -Ryan le acarició su rostro muy cariñoso, pero Lorena aún seguía diciendo que no quería que se separaran.
Al final, se bajó, y pude observar como sus ojos estaban empañados de lágrimas. Si la veía llorando, lo más posible es que me pusiera a llorar yo también.
Justin abrió su maleta y se puso sus gafas de sol. Me encantaba verle con esas gafas. Se veía TAN SEXY (OMB) Ya sabéis que el no tiene aviones privados ni nada de esas cosas, por eso se tenía que "esconder" para que nadie lo reconociera, lo cual era dificil ya que cualquier fan que esté por ahí, al verlo de espaldas o incluso vernos a nosotras, ya podía descubrir que se trataba de Justin, llevase un disfraz de payaso o no.
Entramos, Lorena del brazo de Ryan y yo agarrada de la mano de Justin. Esperamos un rato hasta que avisaron de que nuestro avión iba a salir en unos minutos. Al oir eso, rompí a llorar en el pecho de Justin, quien me abraza fuerte.
- Hey, cálmate, esto no es un adiós, es un hasta luego... -me dijo con una sonrisa dulce. -Nos volveremos a ver más pronto de lo que te imaginas.
- Justin, no puedo volverte a decir adiós o hasta luego. Simplemente, no puedo pasar más tiempo sin ti después de todo lo que hemos pasado. Quiero estar contigo... -le dije aún con lágrimas cayendo por mi rostro.
- Princesa, nada va a cambiar. Te lo prometo. Te amo, Sophie. A ti y solo a ti. -dijo mientras cogía mi cara entre sus manos y me daba un beso.
Por el otro lado, Lorena estaba igual que yo. Como se nota que somos hermanas. Abrazaba a Ryan casi ahogándolo, mientras que sus lágrimas caían sin parar. Él muy tierno la abrazaba también, y le daba besos en la frente. Aquella escena era para grabarla. Dos muchachas abrazadas a dos chicos y llorando. Menudo espectáculo.
- Te quiero tanto, Justin... -le dije mientras me sacaba las lágrimas. - No lo olvides, por favor.
*Señores pasajeros, el vuelo con destino a Madrid está a punto de salir. Les pedimos a éstos pasajeros que embarquen por la puerta número 7. Gracias.*
- Es la hora... ¿a qué hora sale el vuestro? -les pregunté.
- Dentro de media hora, o así, ¿no, Ryan? -preguntó Justin dudoso.
- Ehmm.. sí, sí. O eso creo -rió.
- Bueno, ya. Os tenéis que ir, sino perderéis el avión. -nos dijo Ryan.
- Te quiero, Ryan. Por favor, llámame en cuanto llegues. -le pidió Lorena.
- Claro que sí. Te voy a extrañar mucho, Lorena. -le dijo Ryan cariñosamente.
- Yo a ti también. -se besaron y Lorena volvió a llorar.
Ya yo estaba más calmada pero aún así, no me quería ir del lado de Justin.
- Te quiero, Sophie.
- Te quiero, Justin. -nos besamos.
- Bueno, cuñadita, cuidame a tu hermana, ¿vale? -me pidió Ryan.
- No te preocupes. -le guiñé un ojo.
- Lo mismo te digo, Lore. Cuídamela, y no dejes que se coma la cabeza si ve algo en las noticias sobre mí.
- Oye. -le pegué un puñetazo en el brazo juguetonamente, aunque también con ganas.
- Que es broma, mi amor -reímos.
Nos besamos por última vez. Ryan y Lorena hicieron lo mismo. Agarré a Lorena del brazo, y nos fuimos. Miré por última vez a Justin, quien me decía algo, leí sus labios "Te quiero, princesa" yo hice lo mismo y le respondí con un "Te quiero". Esa fue la última "palabra" que le dije. Digo palabra entre comillas porque lo susurré, ya que no lo iba a gritar en frente de todo el mundo.
Entramos en el avión. Era grande, y bastante bonito para ser un avión. Eran de cuatro asientos. Lo único que rogábamos Lorena y yo, es que no nos tocara a alguien que holiera mal al lado nuestro o de esas señoras que se dejan dormir y apoyan su cabeza en tu hombro.
Lorena se sentó en la parte de la ventanilla, y yo a su lado.
Despegamos. En ese momento, oí a Lorena sonarse, por lo tanto, supuse que estaba llorando de nuevo. Tenía su frente contra la ventanilla, mirando hacia abajo. Dejando atrás a su novio, al que no verá dentro de un tiempito. Lo mismo me pasaba a mí, por eso, la abracé.
- Los volveremos a ver, Lore. -le dije mientras le secaba sus lágrimas. -Tengo ese presentimiento. Justin, me lo prometió. Hizo su promesa de que nos volveríamos a ver más pronto de lo que pensábamos. Tenemos que mantener la fe. -Seguíamos abrazadas hasta que alguien tocó mi hombro.
*Por favor, que no sea nadie desagradable* pensé.
- Perdone, señorita, ¿este asiento está disponible? -me preguntó aquella voz amablemente.
- Sí, cla... -me limpié las lágrimas y miré a aquella persona para no darle la espalda. -..ro... ¿JUSTIN?! -grité.
- ¿JUSTIN? ¿QUÉ? -dijo Lorena exaltada.
- Hey, hey. Cuanta emoción -dijo Ryan, quien estaba detrás de Justin.
- Pero, pero... ¿vosotros... no...-dijimos Lorena y yo a la vez -... no os ibáis a vuestra casa?
- ¡Claro! Este es nuestro avión. -nos dijo Justin.
- Este es el nuestro, el que va para España. -les dijimos Lorena y yo.
- ¿En serio? -preguntó Justin "sorprendido".
- Ups, tío. Parece que nos hemos equivocado de avión. -le dijo Ryan. Rieron.
- Entonces... ¿os venís a casa con nosotras?! -gritó Lorena.
- Eso parece. No es cuestión de que nos bajemos ahora que ya despegó.
- ¡¡RYAN!! -le dijo Lorena saltando de alegría.
Cambié mi sitio por el de Ryan, al lado de Justin. Yo no sabía como reaccionar, estaba en shock. Iba a estar otra semana más con Justin, en mi casa. Oh, madre mía. Me iba a dar algo.
- ¿No te alegras? -me preguntó Justin mirandome fijamente.
- Te odio.. -le dije con una mirada atravesada.
- ¿Por qué? -preguntó sorprendido.
- ¡Por haberme hecho sufrir durante esta media hora! -le pegué en el brazo.
- ¡Au! Eso duele.. -se quejó.
- Tonto... -le dije.
- Hermosa. -me contestó mientras se iba acercando más a mi.
- Te odio...
- Te amo. -acercó sus labios un poco más a los míos y nos besamos.
Para mí, el tiempo pareció detenerse en ese momento. Separé mis labios de los suyos para poderle decir algo.
- ¡Gracias! -le dije mientras lo abrazaba.
- ¿Por qué? -rió.
- Por venirte conmigo una semana más. Es que, de verdad, ahora mismo estoy en las nubes.
- Nunca mejor dicho -reímos.
- Sophie, quiero decirte, que no me importa lo que pase. Sé que quiero estar contigo, y empezar una nueva vida juntas. Fuera de cámaras, paparazzis y todo eso. Solo quiero estar contigo, y disfrutar de mis 16 años. Quiero ser una pareja normal... -me pidió.
- Justin, yo también quiero eso. Pero no puedes, tus fans te necesitan.
Nos quedamos en silencio. Apoyé mi cabeza en su hombro, y cerré los ojos. La situación se había puesto un poco incómoda. Justin no sabía bien lo que estaba diciendo. Necesitaba tiempo, y yo se lo iba a dar. Lo apoyaré en todo lo que haga falta. Cualquier decisión que tome, estaré a su lado, tanto como si es buena o como si es mala, pase lo que pase.
sábado, 14 de mayo de 2011
Capítulo 36- "Ella o yo" (2ª PARTE)
(Ahora narra Sophie)
- Pues sí. -le dijo Vicky a Justin secamente y desafiándolo con la mirada.
- Está claro que después de haber visto y oído todo esto, me quedo con...
Mi corazón empezó a latir muy fuerte. Sentía como mi cuerpo se iba debilitando y mis piernas temblaban. Me senté en la cama, y respiré hondo. Nadie pareció percatarce de lo que me estaba pasando, ya que estaban todos pendientes de lo que Justin iba a decir.
- Sophie, ¿estás bien? -dijo Lorena viniendo hacia a mi. Los demás me miraron a ver que me pasaba.
- Sí, sí. Fue un mareo, nada más.
- Por favor. Deja de hacerte la víctima, Sophie. Ya nadie te cree. Eres muy falsa... -me dijo Vicky.
- Como vuelvas a decir eso de mi hermana, no sales de aquí viva, Vicky. Así que, cállate o te mando al hospital. -le dijo Lorena a Vicky muy seria y con muy mal humor.
- Agg... Justin, ¿puedes continuar? Quiero que nos vayamos ya de este maldito lugar.
- Pues te vas tú sola, Vicky. Porque yo me quedo con Sophie, ¿estamos? No te quiero volver a ver... no eres más que una típica niña rica que se aprovecha de la fama de los demás. Yo no soy como tú, Vicky. Así que, hasta aquí hemos llegado. Ya te puedes estar largando de este sitio, pero no esperes a que te lleve. ¿Sabes lo que significa la palabra taxi? Pues eso, es lo que vas a coger tú, para pirarte de aquí, y después un avión, ¿vale? -le dijo Justin con una sonrisa irónica.
- Esperamos que no te pierdas, Vicky. -le dijeron Chaz y Christian guiñándole un ojo.
- Os odio. Y más a ti, Justin. Te juro que esto no se va a quedar así. Lo mismo va para ti, Sophie. La batalla la he perdido, pero ¿la guerra? La guerra acaba de empezar. -tras decirme esto, salió de mi habitación muy enojada, cogió sus cosas y llamó a un taxi para que la viniera a buscar.
- Menos mal que se fue. Ya la iba a mandar al hospital, y la imbécil esta. -reímos.
Jeremy no decía nada. Tan solo estaba ahí en cuerpo, su mente estaba en otro lugar. Nos contemplaba y podía ver sus ojos rayados.
- Jer... -me acerqué.
- Sophie... lo siento. Cometí un error, fui un estúpido. Por favor, perdóname. -sus lágrimas empezaron a caer por su hermoso rostro.
- Jer.. te perdono, ¿vale? Por favor, no estés así. Me partes en dos... -dije secándole las lágrimas con el dorso de mi mano.
- Por favor, Sophie. Vámonos de aquí, regresemos a casa y hagamos como si esto no hubiera pasado... te quiero... -dijo cogiendo mis manos.
- Jeremy, no puedo. Te quiero, pero no te amo. Me encantaría hacerlo porque eres un chico maravilloso, pero es que aún así mi corazón le corresponde a otra persona. -miré a Justin, a quien se le dibujó una pequeña sonrisa en su rostro.
- Entiendo... -se rindió. -Solo quiero que sepas, que te quiero, pase lo que pase. Gracias por haber compartido estos meses conmigo. Fuiste mi primer amor. -de nuevo, empezaron a caer lágrimas por su rostro. Esta vez, se las secó el mismo. Me miró por última vez y fue a su habitación para recoger sus cosas.
- Creo que ya no tenemos que hacer nada aquí -dijo Mark.
- ¿Tú estabas aquí, Mark? No has hablado casi nada. -dijo Lorena. Reímos.
- Ja, ja. Pues no me he querido meter en asuntos que no me incumben, pero oye, que si he hablado bastante. Con Chaz y Christian -reímos.
- Me ha encantado estar aquí con vosotros. Me alegro de que Justin y Sophie hayan arreglado de nuevo las cosas. -dijo Chaz.
- La verdad es que no es oficial, lo nuestro. -dije.
- Tranquila, princesa. Eso va a cambiar muy pronto. -me dijo mientras se acercaba a mí, y me daba un beso.
- ¡Qué vivan los novios! -gritaron.
Reímos.
- No nos vamos a casar. -dijimos Justin y yo a la vez.
- Todavía... -terminó Justin. Tras decirte eso, cogió mi cara entre sus manos y me plantó un beso inesperado, pero correspondido por mi parte.
- Bueno, será mejor que llamemos nosotros también a un taxi, para irnos ya de aquí. -dijo Ryan.
- ¿Sophie? -me giré. - Cuando decidas dejar a este pringado, llámame. -me dijo Christian con un guiño.
Reímos.
- Serás.... -dijo Justin corriendo detrás de él y saliendo de la habitación. Ryan, Chaz y Mark hicieron lo mismo, dejandonos a Lorena y a mí, en la habitación.
- Te lo dije. -me replicó Lorena.
- ¿El qué? -dije abriendo el armario para empezar a guardar las cosas.
- Lo de Justin y tú. Al final, se arregló todo.. y, ¿gracias a quién? Bueno, ¿a quiénes? -rió.
- ¡Vale, DIVA! Gracias, Lore por todo lo que has hecho por mi. Por todo lo que me has ayudado cuando te he necesitado. Simplemente eres la mejor hermana que jamás hubiera podido tener. Te quiero... -le dije dándole un abrazo. Se levantó emocionada de la cama y me correspondió el abrazo.
- Yo también te quiero, hermanita.
Recogimos nuestras cosas, y el taxi ya nos estaba esperando fuera. Nos despedimos de todas aquellas personas que habían sido tan amables con nosotros en el campamento, la verdad, es que eran personas muy atentas.
Jeremy, Mark, Christian y Chaz dicieron irse en un taxi hasta el aeropuerto. Mientras que Justin, Ryan, Lorena y yo nos ibamos en otro. Antes de eso, me despedí de los chicos. Jeremy aún estaba mal pero me sonrió y me hizo sentir menos culpable. A pesar de todo, seguíamos siendo amigos, o eso esperaba.
- ¡Hey, Chaz, Christian! ¿No os váis a despedir de nosotras? A Justin y a Ryan los véis pero a nosotras no, hasta dentro de un temporadita... -les dije.
- ¡Claro que sí! -vinieron hacia nosotras y nos dieron un abrazo a cada una.
- Chaz, cuídame a este chiquitín. Y cuidate tú también, ya hablamos por skype o por el twitter. Gracias por haber venido. Me lo he pasado en grande con vosotros dos. -les dije con una gran sonrisa aunque los ojos se me estaban empezando a llenar de lágrimas.
- No llores, Soph... nos veremos pronto... -me dijo Chaz, quien me estaba dando un abrazo.
- Chaz. ¿No ves que está llorando por mi? -le dijo Christian.
- No cambias, ¿eh, Chris? -le dijo Justin.
- No me llames Chris. -le respondió Christian riendo, pero con una mirada atravesada hacia Justin.
- Vale, vale. Lo he pillado. Ven aquí. -se dieron un abrazo.
- Ay, Christian. Si es que eres como mi hermano chiquito. Te quiero mucho... -le dije dándole un apretón en forma de abrazo.
- Yo a ti también. No se lo digas a Justin. -me dijo bajito.
- Ja, ja, ja. Vale, no lo haré.
Dicho esto, los chicos se fueron a su taxi, mientras que nosotros nos quedábamos los últimos, viendo como se marchaban y nos hacían señas por la ventana, muy graciosos.
- Antes de entrar al taxi. Me gustaría daros las gracias. -comenzó a decir Justin. -Gracias a vuestro plan (que ha resultado ser muy bueno) me habéis devuelto a la persona que más amo en este mundo. -me sonrojé. -Te quiero. Lamento haberte hecho tanto daño. He recapacitado y de ahora en adelante, no dejaré que nada ni nadie si interponga en nuestro camino. ¿Sabes por qué? Porque este amor es más fuerte que cualquier rumor o cualquier otra cosa. Cuanto más me alejaba de ti, más te necesitaba conmigo y mi amor cada vez más iba aumentando. Ahora sé que no puedo vivir sin ti porque lo eres TODO.
- Justin... -comencé a llorar.
Me cogió mi rostro lleno de lágrimas, entre sus manos temblorosas, y comezó a besarme. Todo lo que me había dicho, me había llegado al corazón. Se había quedado en mi mente grabado.
- Esto, es para ti. -dijo separando nuestros labios y dandome una cajita muy mona.
- ¿Qué es? -le dije sorprendida mientras me limpiaba las últimas lágrimas que caían por mi mejilla. Lo abrí y volví a llorar.
- Oh, Justin... nuestro anillo...
- Lo dejaste en mi casa, cuando nos peleamos. Lo he conservado todo este tiempo con la esperanza de que volviéramos algún día. Y se ha cumplido.
- Muchas gracias. Te quiero, Justin. -rodeé mis manos alrededor de su cuello y lo besé.
Entramos en el taxi en dirección al aeropuerto. Ryan iba al lado del conductor, mientras que Justin, Lorena y yo estábamos sentados en la parte de atrás. No llevábamos ni media hora de viaje, y ya Lorena se había dejado dormir. Ryan escuchaba música, Justin estaba apoyado en mi hombro y yo miraba por la ventana. Pensaba en lo que pasaría en mi vida de ahora en adelante. Tenía fe en que todo iba a salir bien, pero Justin y yo estaremos mucho tiempo sin vernos, y eso era lo que me dolía. No podía perderlo en este momento. Ahora no.
Observaba mi anillo, ¿os acordáis? El que ponía: ''Forever with you I ♥ you''
El regalo más hermoso que alguien me pudo haber regalado. Recuerdo el momento en el que me lo regaló antes de marcharse. A principios de nuestra relación. Que momentos tan bonitos, pero estoy segura de que habrán más momentos especiales en mi vida con Justin. Ya una cosa especial es el amor que sentimos el uno por el otro, y que nadie ni si quiera Vicky, lo podrá romper.
- Pues sí. -le dijo Vicky a Justin secamente y desafiándolo con la mirada.
- Está claro que después de haber visto y oído todo esto, me quedo con...
Mi corazón empezó a latir muy fuerte. Sentía como mi cuerpo se iba debilitando y mis piernas temblaban. Me senté en la cama, y respiré hondo. Nadie pareció percatarce de lo que me estaba pasando, ya que estaban todos pendientes de lo que Justin iba a decir.
- Sophie, ¿estás bien? -dijo Lorena viniendo hacia a mi. Los demás me miraron a ver que me pasaba.
- Sí, sí. Fue un mareo, nada más.
- Por favor. Deja de hacerte la víctima, Sophie. Ya nadie te cree. Eres muy falsa... -me dijo Vicky.
- Como vuelvas a decir eso de mi hermana, no sales de aquí viva, Vicky. Así que, cállate o te mando al hospital. -le dijo Lorena a Vicky muy seria y con muy mal humor.
- Agg... Justin, ¿puedes continuar? Quiero que nos vayamos ya de este maldito lugar.
- Pues te vas tú sola, Vicky. Porque yo me quedo con Sophie, ¿estamos? No te quiero volver a ver... no eres más que una típica niña rica que se aprovecha de la fama de los demás. Yo no soy como tú, Vicky. Así que, hasta aquí hemos llegado. Ya te puedes estar largando de este sitio, pero no esperes a que te lleve. ¿Sabes lo que significa la palabra taxi? Pues eso, es lo que vas a coger tú, para pirarte de aquí, y después un avión, ¿vale? -le dijo Justin con una sonrisa irónica.
- Esperamos que no te pierdas, Vicky. -le dijeron Chaz y Christian guiñándole un ojo.
- Os odio. Y más a ti, Justin. Te juro que esto no se va a quedar así. Lo mismo va para ti, Sophie. La batalla la he perdido, pero ¿la guerra? La guerra acaba de empezar. -tras decirme esto, salió de mi habitación muy enojada, cogió sus cosas y llamó a un taxi para que la viniera a buscar.
- Menos mal que se fue. Ya la iba a mandar al hospital, y la imbécil esta. -reímos.
Jeremy no decía nada. Tan solo estaba ahí en cuerpo, su mente estaba en otro lugar. Nos contemplaba y podía ver sus ojos rayados.
- Jer... -me acerqué.
- Sophie... lo siento. Cometí un error, fui un estúpido. Por favor, perdóname. -sus lágrimas empezaron a caer por su hermoso rostro.
- Jer.. te perdono, ¿vale? Por favor, no estés así. Me partes en dos... -dije secándole las lágrimas con el dorso de mi mano.
- Por favor, Sophie. Vámonos de aquí, regresemos a casa y hagamos como si esto no hubiera pasado... te quiero... -dijo cogiendo mis manos.
- Jeremy, no puedo. Te quiero, pero no te amo. Me encantaría hacerlo porque eres un chico maravilloso, pero es que aún así mi corazón le corresponde a otra persona. -miré a Justin, a quien se le dibujó una pequeña sonrisa en su rostro.
- Entiendo... -se rindió. -Solo quiero que sepas, que te quiero, pase lo que pase. Gracias por haber compartido estos meses conmigo. Fuiste mi primer amor. -de nuevo, empezaron a caer lágrimas por su rostro. Esta vez, se las secó el mismo. Me miró por última vez y fue a su habitación para recoger sus cosas.
- Creo que ya no tenemos que hacer nada aquí -dijo Mark.
- ¿Tú estabas aquí, Mark? No has hablado casi nada. -dijo Lorena. Reímos.
- Ja, ja. Pues no me he querido meter en asuntos que no me incumben, pero oye, que si he hablado bastante. Con Chaz y Christian -reímos.
- Me ha encantado estar aquí con vosotros. Me alegro de que Justin y Sophie hayan arreglado de nuevo las cosas. -dijo Chaz.
- La verdad es que no es oficial, lo nuestro. -dije.
- Tranquila, princesa. Eso va a cambiar muy pronto. -me dijo mientras se acercaba a mí, y me daba un beso.
- ¡Qué vivan los novios! -gritaron.
Reímos.
- No nos vamos a casar. -dijimos Justin y yo a la vez.
- Todavía... -terminó Justin. Tras decirte eso, cogió mi cara entre sus manos y me plantó un beso inesperado, pero correspondido por mi parte.
- Bueno, será mejor que llamemos nosotros también a un taxi, para irnos ya de aquí. -dijo Ryan.
- ¿Sophie? -me giré. - Cuando decidas dejar a este pringado, llámame. -me dijo Christian con un guiño.
Reímos.
- Serás.... -dijo Justin corriendo detrás de él y saliendo de la habitación. Ryan, Chaz y Mark hicieron lo mismo, dejandonos a Lorena y a mí, en la habitación.
- Te lo dije. -me replicó Lorena.
- ¿El qué? -dije abriendo el armario para empezar a guardar las cosas.
- Lo de Justin y tú. Al final, se arregló todo.. y, ¿gracias a quién? Bueno, ¿a quiénes? -rió.
- ¡Vale, DIVA! Gracias, Lore por todo lo que has hecho por mi. Por todo lo que me has ayudado cuando te he necesitado. Simplemente eres la mejor hermana que jamás hubiera podido tener. Te quiero... -le dije dándole un abrazo. Se levantó emocionada de la cama y me correspondió el abrazo.
- Yo también te quiero, hermanita.
Recogimos nuestras cosas, y el taxi ya nos estaba esperando fuera. Nos despedimos de todas aquellas personas que habían sido tan amables con nosotros en el campamento, la verdad, es que eran personas muy atentas.
Jeremy, Mark, Christian y Chaz dicieron irse en un taxi hasta el aeropuerto. Mientras que Justin, Ryan, Lorena y yo nos ibamos en otro. Antes de eso, me despedí de los chicos. Jeremy aún estaba mal pero me sonrió y me hizo sentir menos culpable. A pesar de todo, seguíamos siendo amigos, o eso esperaba.
- ¡Hey, Chaz, Christian! ¿No os váis a despedir de nosotras? A Justin y a Ryan los véis pero a nosotras no, hasta dentro de un temporadita... -les dije.
- ¡Claro que sí! -vinieron hacia nosotras y nos dieron un abrazo a cada una.
- Chaz, cuídame a este chiquitín. Y cuidate tú también, ya hablamos por skype o por el twitter. Gracias por haber venido. Me lo he pasado en grande con vosotros dos. -les dije con una gran sonrisa aunque los ojos se me estaban empezando a llenar de lágrimas.
- No llores, Soph... nos veremos pronto... -me dijo Chaz, quien me estaba dando un abrazo.
- Chaz. ¿No ves que está llorando por mi? -le dijo Christian.
- No cambias, ¿eh, Chris? -le dijo Justin.
- No me llames Chris. -le respondió Christian riendo, pero con una mirada atravesada hacia Justin.
- Vale, vale. Lo he pillado. Ven aquí. -se dieron un abrazo.
- Ay, Christian. Si es que eres como mi hermano chiquito. Te quiero mucho... -le dije dándole un apretón en forma de abrazo.
- Yo a ti también. No se lo digas a Justin. -me dijo bajito.
- Ja, ja, ja. Vale, no lo haré.
Dicho esto, los chicos se fueron a su taxi, mientras que nosotros nos quedábamos los últimos, viendo como se marchaban y nos hacían señas por la ventana, muy graciosos.
- Antes de entrar al taxi. Me gustaría daros las gracias. -comenzó a decir Justin. -Gracias a vuestro plan (que ha resultado ser muy bueno) me habéis devuelto a la persona que más amo en este mundo. -me sonrojé. -Te quiero. Lamento haberte hecho tanto daño. He recapacitado y de ahora en adelante, no dejaré que nada ni nadie si interponga en nuestro camino. ¿Sabes por qué? Porque este amor es más fuerte que cualquier rumor o cualquier otra cosa. Cuanto más me alejaba de ti, más te necesitaba conmigo y mi amor cada vez más iba aumentando. Ahora sé que no puedo vivir sin ti porque lo eres TODO.
- Justin... -comencé a llorar.
Me cogió mi rostro lleno de lágrimas, entre sus manos temblorosas, y comezó a besarme. Todo lo que me había dicho, me había llegado al corazón. Se había quedado en mi mente grabado.
- Esto, es para ti. -dijo separando nuestros labios y dandome una cajita muy mona.
- ¿Qué es? -le dije sorprendida mientras me limpiaba las últimas lágrimas que caían por mi mejilla. Lo abrí y volví a llorar.
- Oh, Justin... nuestro anillo...
- Lo dejaste en mi casa, cuando nos peleamos. Lo he conservado todo este tiempo con la esperanza de que volviéramos algún día. Y se ha cumplido.
- Muchas gracias. Te quiero, Justin. -rodeé mis manos alrededor de su cuello y lo besé.
Entramos en el taxi en dirección al aeropuerto. Ryan iba al lado del conductor, mientras que Justin, Lorena y yo estábamos sentados en la parte de atrás. No llevábamos ni media hora de viaje, y ya Lorena se había dejado dormir. Ryan escuchaba música, Justin estaba apoyado en mi hombro y yo miraba por la ventana. Pensaba en lo que pasaría en mi vida de ahora en adelante. Tenía fe en que todo iba a salir bien, pero Justin y yo estaremos mucho tiempo sin vernos, y eso era lo que me dolía. No podía perderlo en este momento. Ahora no.
Observaba mi anillo, ¿os acordáis? El que ponía: ''Forever with you I ♥ you''
El regalo más hermoso que alguien me pudo haber regalado. Recuerdo el momento en el que me lo regaló antes de marcharse. A principios de nuestra relación. Que momentos tan bonitos, pero estoy segura de que habrán más momentos especiales en mi vida con Justin. Ya una cosa especial es el amor que sentimos el uno por el otro, y que nadie ni si quiera Vicky, lo podrá romper.
sábado, 7 de mayo de 2011
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